ANTE UNA NUEVA MASACRE
EE.UU. ha desatado un nuevo operativo militar de muerte y destrucción. Se apoya para ello en el atentado ocurrido en Nueva York. Bush afirma que “el mundo civilizado y democrático” está amenazado por fundamentalistas y terroristas y que para defenderlo los pueblos debemos alinearnos detrás de los EEUU. Nosotros pensamos, en cambio, que la humanidad está sometida por un sistema de brutal concentración de las riquezas en pocas manos a costa de la desigualdad y la injusticia en que vive la mayoría, y que quien defiende ese mundo de barbarie, muchas veces a sangre y fuego, son precisamente los EE.UU y los principales países de Europa. Rechazamos métodos como los utilizados en Nueva York por los que nuevamente han perdido la vida muchísimos inocentes. Los trabajadores de la limpieza de las Torres Gemelas ni los niños ordenaron ataques a país alguno.
Pero también responsabilizamos a los EE.UU por ello en cuanto es otra sangrienta consecuencia de lo que siembra por el mundo. Es el resultado de la barbarie que nos impone el capitalismo globalizado. EL ESTADO TERRORISTA Como dice el intelectual norteamericano Noam Chomsky, EE.UU es el Estado terrorista número uno del mundo. No ha dudado en borrar dos ciudades enteras del planeta como Hiroshima y Nagasaki. Durante años bombardeó con armas químicas al pueblo vietnamita. En defensa de sus ganancias y no de principios democráticos ha invadido países, apoyado los más feroces dictadores, como Videla o Pinochet, respaldado narcotraficantes como Noriega, o a emperadores y jeques deleznables en Africa o Asia. Ha sido cómplice de cada una de las masacres israelíes en Palestina. Armó al dictador Hussein contra Irán para defender intereses petroleros y luego desató una guerra en el Golfo Pérsico contra Hussein por la misma razón.
Para ello inició contra su anterior aliado una campaña mundial señalándolo como el “enemigo público número uno”. Mató a doscientos mil iraquíes. Casi no tuvo bajas propias. Mantiene el bloqueo y periódicos bombardeos que ya han causado centenares de miles de muertes en el pueblo iraquí, cincuenta veces más muertes que las producidas en las Torres Gemelas. Al propio Bin Laden lo apoyó en su momento para enfrentar a los soviéticos y lo denominó “combatiente de la libertad”. Hoy lo muestra como el nuevo “enemigo de la civilización”.
El mismo EE.UU. que mientras nos pide apoyo político-militar nos sigue extorsionando con la deuda externa obligando a priorizar su pago de ajuste en ajuste por sobre el haber de jubilados o el trabajo que le falta a tantos argentinos. ¿ARMAS O ALIMENTOS? Defiende un sistema que enriquece a pocos, mata a doce millones de niños por año de hambre o enfermedades, deja al 70% de la población mundial en el analfabetismo y a sectores enormes sin trabajo. Según la UNICEF con sólo tres mil millones de dólares se evitarían las muertes de esos niños en los próximos años sin embargo, el “paladín de la democracia”, acaba de votar cuarenta mil millones de aumento al presupuesto militar al que le destina ya 400.000 millones al año.
¿Este es el “mundo civilizado y democrático” que hay que defender o es el mundo que hay que cambiar? ES HORA DE REBELDÍAS ¿Cuál es la amenaza para el planeta y la humanidad sino este sistema de violencia y desigualdad que se nos impone? Es hora de rebelarnos. Ya empiezan protestas en América Latina y Europa. Se levantan voces de oposición a la máquina de guerra en el propio pueblo de EEUU. Estamos frente al desafío de no aceptar ser nuevamente usados -para apoyar -como pretenden de la Rúa, el Justicialismo y numerosos dirigentes políticos- la inmoralidad de los poderosos del mundo, en los bombardeos y en las anticipadas muertes de nuevos inocentes, que esta vez pertenecerán al pueblo afgano o aquél que decidan los EE.UU. No permitamos que un presidente totalmente impopular como de la Rúa o un Congreso lleno de dirigentes sospechados o desprestigiados decidan en contra de nuestra opinión. Opongámonos. Estaremos luchando también por nosotros.