DE LA CRÍTICA DE LA UNIVERSIDAD DE CLASE, AL CUESTIONAMIENTO DE LA SOCIEDAD DE CLASE
¿UNIVERSIDAD DEL PUEBLO?
La UBA no es una universidad del pueblo, sino una institución que produce y reproduce el saber legitimado socialmente y por lo tanto está al servicio de las ganancias empresarias y los aparatos de poder que la sostienen. La mejor prueba de esto es la Ley de Educación Superior (LES), sancionada por el menemismo y consentida e impulsada por el kirchnerismo; es una ley que propone la acreditación de las carreras a la CONEAU y, mediante ella, la subordinación directa de la UBA al lucro de empresas multinacionales y organismos multilaterales de crédito. Esto quiere decir que los contenidos que aprendemos los controlan los/as grandes capitalistas, y no la comunidad educativa discutiéndolos democráticamente.
Tenemos que transformar la institución universitaria en un espacio de producción de pensamiento crítico y horizontal, en un espacio absolutamente gratuito, popular (materiales incluidos, becas de sustento económico, boleto estudiantil gratuito, guarderías, etc.) y autoorganizado democráticamente.
“Postular una ‘educación popular a cargo del Estado’ es absolutamente inadmisible (…); es, por el contrario, el Estado el que necesita recibir del pueblo una educación muy severa”. Karl Marx.
Tenemos que transformar la institución universitaria en un espacio de producción de pensamiento crítico y horizontal, en un espacio absolutamente gratuito, popular (materiales incluidos, becas de sustento económico, boleto estudiantil gratuito, guarderías, etc.) y autoorganizado democráticamente. La construcción de un nuevo mundo sólo puede darse a la par de la construcción de una nueva educación, de una nueva forma de organización política, de una nueva cultura y de un nuevo modo de organizar el trabajo.
Autodeterminación y Libertad (AyL) es un movimiento anticapitalista, que apuesta a la horizontalidad y a la auto-organización del pueblo trabajador. Nos proponemos impulsar el protagonismo y la decisión desde las bases, y aportar al desarrollo de los lazos asamblearios y democráticos. Vemos en esos espacios la posibilidad de construir un contra-poder suficientemente fuerte como para realizar cambios de fondo. Consideramos que ahí está la fuerza para enfrentar el modelo de devastación y explotación que nos imponen el estado y las demás instituciones del capitalismo.
Proponemos explorar nuevos caminos, desde abajo, de autodeterminación, para construir así, mediante la organización horizontal y no buscando dirigentes, la fuerza para luchar contra el capital. Entendemos que debemos buscar nuevas formas de organización política que permitan que los/as de abajo protagonicemos y decidamos, para así enfrentarnos con los/as de arriba, que lo único que proponen es miseria, exclusión y explotación.
“La liberación de los trabajadores será obra de los trabajadores mismos”. Karl Marx.
CAPITALISMO GLOBAL Y REBELIONES POPULARES
En los últimos 30 años se sostuvo el mismo modelo de país, independientemente del gobierno de turno. La economía argentina está cada vez más extranjerizada y concentrada, cada vez más precarizada, cada vez más subordinada al sistema global; por eso, cada año, millones de dólares producidos con el trabajo de los/as argentinos/as nos son saqueados como ganancias de las grandes empresas, o como pagos de una deuda externa ilegal, ilegítima y fraudulenta. Al mismo tiempo, se expanden exponencialmente la soja transgénica, la megaminería y el fracking, y no importa si para asegurar estas actividades se persiguen comunidades enteras, se erosiona nuestro suelo, se desforestan los bosques o se envenena el agua. Toda la dirigencia política está de acuerdo con que este es el único modelo que existe.
Desde mitad de los 90, en todo el mundo, cada vez son más los movimientos de masas que dejan de buscar vanguardias iluminadas y empiezan a aceptar el desafío de mirar para el costado, de ser protagonistas, de decidir. En Argentina, las asambleas de 2001 y 2002, las pobladas populares de Esquel, Famatina, Tinogasta, Chilecito, Amaicha, Andalgalá y Loncopué contra la megaminería, los movimientos estudiantiles auto-dirigidos y las fábricas recuperadas y organizadas por sus trabajadores/as, son expresiones de esta búsqueda, así como también lo son los/as indignados/as en España y Grecia, la primavera árabe, las movilizaciones en Brasil y el movimiento estudiantil chileno en los últimos años.
Cada proceso es único, pero todos comparten la búsqueda de nuevos caminos para enfrentar al sistema capitalista.
En la actualidad, el centro de estudiantes tiene un funcionamiento cerrado que expulsa cada vez más la participación estudiantil independiente. Se convirtió en un espacio de lucha por el poder entre las agrupaciones y no en una herramienta de los/as estudiantes para luchar por sus reivindicaciones como conjunto, reproduciendo así la lógica de las estructuras verticales a las que se pretende enfrentar.
¡QUE LOS PUEBLOS MANDEN!
Democracia para una minoría, educación al servicio de una minoría.
El co-gobierno de la UBA está basado en un sistema piramidal.
Su cúspide, la que “posee un mayor saber”, es el claustro de profesores/as y está conformada por una pequeña casta de docentes con los puestos catedráticos más altos. El centro de la pirámide es el claustro de graduados/as, del que son parte la gran mayoría de los/as docentes a cargo de las clases. La base es el claustro de estudiantes, que no tiene influencia en la toma de decisiones, el estrato que, según este sistema de posesión del conocimiento, tiene menor saber.
Tenemos que terminar con esta organización anti-democrática basada en la tenencia de un conocimiento a-crítico cosificado. Si queremos otra educación, necesitamos una UBA democrática.
Empecemos a concebir al conocimiento como una construcción social horizontal y a ser protagonistas de esa construcción. Para eso, organicémonos para luchar por cambios curriculares, didácticos y pedagógicos, con el fin de transformar la matriz conservadora de la educación moderna.
“ENSEÑAR NO ES TRANSFERIR CONOCIMIENTO, SINO CREAR LAS
POSIBILIDADES PARA SU PROPIA CONSTRUCCIÓN”. PAULO FREIRE.
LOS CENTROS ¿DE ESTUDIANTES?
En la actualidad, el centro de estudiantes tiene un funcionamiento cerrado que expulsa cada vez más la participación estudiantil independiente. Se convirtió en un espacio de lucha por el poder entre las agrupaciones y no en una herramienta de los/as estudiantes para luchar por sus reivindicaciones como conjunto, reproduciendo así la lógica de las estructuras verticales a las que se pretende enfrentar. Lo podemos ver en las asambleas, donde prevalecen las roscas, los monólogos autorreferenciales, las chicanas entre partidos, y donde la participación de estudiantes es escaza. Para poder lograr un funcionamiento verdaderamente democrático del centro tienen que participar masivamente los/as estudiantes, se tienen que abrir los espacios de discusión y decisión reales.
¡Que el centro sea de los/as estudiantes y no de los partidos!
Para luchar por mejores condiciones de cursada, por más aulas, por becas, por reformas, por reformas curriculares y por una universidad al servicio del pueblo, necesitamos una gran participación de los/as estudiantes y una organización democrática y efectiva. Tenemos que construir entre todos/as un espacio de autoorganización horizontal, asambleario y abierto a la participación, que suplante a la organización tradicional de los centros de estudiantes tal cual funcionan en la actualidad.
¿POR QUÉ NO FUNCIONAR ASÍ?
ASAMBLEAS GENERALES:
Entendemos a los espacios de las asambleas como el órgano máximo de decisión, en el cual se deberían discutir las diferentes propuestas trabajadas en los espacios abiertos a la participación; éste es un espacio que rompe con la lógica burguesa de la delegación, en la cual unos/as pocos/as representantes votados/as toman las decisiones por muchos/as otros/as ausentes. Para su mejor funcionamiento proponemos que al inicio, la asamblea fije un temario basado en las propuestas de las comisiones abiertas del centro de estudiantes. Ese espacio de decisión es fundamental, por ello creemos que es de suma importancia que la votación al final sea el resultado de un proceso previo en el que se informe y conozca sobre las propuestas a decidir, ya que actualmente lo que se habla en la asamblea no tiene relación muchas veces con lo que se vota. También para posibilitar la masiva participación de los/as estudiantes es necesario que empiecen puntuales y no se extiendan desproporcionadamente, ya que muchos/as compañeros/as no están en el momento de la votación. Es importante además que los/as oradores/as se adecuen a los temas fijados en el temario para poder llevar adelante una discusión más enriquecedora y no caer en monólogos inconexos uno del otro. Por último pensamos que es necesario crear instancias de debate y decisión con participación de toda la comunidad universitaria, sin división de claustros.
COMISIONES ABIERTAS:
Pensamos las comisiones abiertas como espacios de base horizontales donde se posibilita el trabajo en temas puntuales que nos afectan directamente a los/as estudiantes. Son lugares que hay que impulsar, ya que incentivan la participación cotidiana, el debate con contenido y también la acción de todos/as los/as estudiantes, militantes e independientes. partTambién creemos que se deben abrir las secretarías y transformarlas en espacios de base, actualmente repartidas entre las agrupaciones según los resultados electorales. Fortalecer y militar estos espacios es dar un paso en la democratización de nuestro gremio.
ASAMBLEAS DE CARRERAS:
Una tarea pendiente de todos/as es prestigiar las asambleas de carreras, espacio de decisión del centro de estudiantes de las problemáticas de las mismas. Asimismo, creemos que las discusiones sobre los contenidos y planes de estudio de cada carrera se deberían dar en las aulas ya que es algo que afecta directamente a todos/as los/as estudiantes.