DENUNCIAMOS LA CONDENA A LULA
Denunciamos el fallo de la Corte Suprema de Brasil que confirma la detención de Lula y busca impedir su participación electoral mientras un alto porcentaje de trabajadoras y trabajadores se prepara para votarlo. La Corte no tiene autoridad alguna: sus miembros fueron elegidos por un Congreso compuesto por una enorme mayoría de acusados por hechos similares o más graves que por los que fue condenado Lula. El caso más emblemático es el del actual presidente Temer, contra quien pesan graves denuncias de corrupción en la misma causa que Lula, pero no es juzgado por el mismo poder judicial.
La denuncia que realizamos la hacemos sin dejar de tener en cuenta que el partido de Lula (PT) forma parte de la corruptela generalizada y que el gobierno de Dilma Roussef, con apoyo de Lula y Temer como Vicepresidente, tuvo una política de ajuste al pueblo trabajador, profundizada notablemente por el actual gobierno, que tiene sólo el 1% de respaldo según las encuestas.
Esta Justicia sin autoridad, el Congreso degradado por la corrupción, el presidente nunca votado Temer y el partido de Lula conforman de conjunto un régimen político e institucional al servicio de los intereses empresarios y, por ende, opuesto a los intereses del pueblo trabajador brasileño. En este marco de desprestigio de las instituciones, las extorsivas declaraciones del jefe del ejército exigiendo la detención de Lula deben ser repudiadas masivamente por toda corriente democrática.
Y, mientras por arriba el poder económico discute en medio de esta crisis con qué gobierno continuar el ajuste al pueblo trabajador, por abajo vemos cada vez más necesario que el pueblo trabajador se movilice por una asamblea constituyente para discutir, frente al país del saqueo y explotación empresaria y sus instituciones corrompidas y antidemocráticas, un proyecto alternativo en el que el pueblo trabajador mande y decida, un proyecto al servicio de las necesidades obreras y populares.