Desde el 2003, el Gobierno ha pagado religiosamente la deuda externa. Primero con los dólares de la soja, luego con los de las reservas del Banco Central; ahora que los dólares escasean y las reservas caen día a día, el Gobierno empezó a endeudarse. En estos últimos meses, con el endeudamiento para pagarle a Repsol y con el reconocimiento de una parte inexistente de la ilegítima deuda con el Club de París, la deuda externa creció y ya es definitivamente la más alta de la historia argentina. Y lo del Club de París y lo de Repsol, al igual el acuerdo con el CIADI (el tribunal de Banco Mundial) y la creación de un nuevo índice de precios monitoreado por el FMI, no tienen otro objetivo que el de volver a pedir dólares afuera para pagar la deuda. La política de supuesto “desendeudamiento” del kirchnerismo ha sido tan exitosa, que luego de once años de pagar como nunca en la historia y decir que no iban a endeudarse, la Argentina está perdiendo reservas y aumentando su deuda día a día, a la par que se encamina a recibir nuevos préstamos. El problema de la deuda sigue siendo el mismo de siempre: cuanto más pagamos, más debemos.

El Gobierno, ocultándoselo al pueblo, aceptó la jurisdicción estadounidense; pagó US$173.000 millones de una deuda que creó la dictadura estatizando las deudas de las grandes capitales (los bancos, la Shell, la Esso, Techint, Macri, etc.) y que ya fue pagada varias veces por Alfonsín, Menem, De la Rúa, Duhalde y el mismo Gobierno. Ahora, el Gobierno está negociando cómo pagarle a esos fondos buitres a los que dijo que no iba a pagarle nunca, y también lo hace sin informarnos los detalles de la negociación ni consultarnos para que sea el pueblo el que decida si se paga la deuda o si los dineros públicos deben tener otra prioridad. ¿No es momento de decir basta? ¿Y de luchar por eso?
¡Suspensión inmediata de todo pago de deuda externa, investigación del fraude de la deuda y consulta popular vinculante para decidir si la prioridad son los buitres o el pueblo!

A espaldas del pueblo trabajador, ha llenado los bolsillos de los especuladores y está vaciando los fondos de los trabajadores en la ANSES; el kirchnerismo ha pagado US$173.000 millones a los usureros internacionales y mantiene a la mayoría de los jubilados a $2750. ¿Cuándo decidimos esto? ¡Digamos basta!

Por todo eso, proponemos: suspensión inmediata de todo pago de deuda, investigación del fraude de la deuda, condena a todos los responsables, gran discusión nacional y consulta popular vinculante para decidir si seguimos pagándole a los buitres (a éstos, a los otros, a todos) o si preferimos destinar esos recursos a la salud, la educación, la vivienda, las jubilaciones y el salario. Porque eso es lo que está planteado: de un lado, los fondos buitre, EE.UU., las corporaciones, el FMI, el Gobierno, la oposición reaccionaria, el ajuste y la devaluación; del otro lado, el pueblo, los trabajadores, los jubilados, los hospitales, las escuelas y las viviendas.

Ahora, más que nunca,
¡DECIDIMOS O SEGUIRÁN DECIDIENDO POR NOSOTROS!