El problema habitacional es cada vez más preocupante, y el Estado, lejos de garantizar el derecho a una vivienda digna para sus ciudadanos, envía a Berni (el reaccionario preferido de los medios de comunicación) y a las fuerzas de represión a atacar violentamente a los más necesitados y destruir sus precarias viviendas con topadoras, destinando a cientos de familias a vivir en la calle. Por supuesto, en un Estado creado por y para defender los intereses de la burguesía, la vivienda no es considerada un derecho, sino un negocio multimillonario para unos pocos, los mismos que financian las gigantezcas campañas electorales.

Mientras tanto, el kirchnerismo sigue destinando los fondos públicos (190 mil millones de dólares) a enriquecer aun más a los especuladores financieros, autores (en complicidad con los funcionarios gubernamentales, el empresariado y los bancos) de la estafa de la deuda externa.

Decir “Patria o buitres”, mientras se les sigue pagando religiosamente a los usureros con el producto de nuestro trabajo, termina siendo sólo un slogan de campaña, mientras se responde a las necesidades de la población con balas de goma y topadoras.

Desde las 7 y media de la mañana en operativo conjunto de policía Federal, Metropolitana y Gendarmería Nacional, están desalojando una a una las familias con niños y niñas, algunos discapacitados, que están quedando en la calle. Además se llevaron detenidos al cuerpo de delegados del barrio y referentes de la Corriente Villera Independiente.

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