¡6 HORAS DE TRABAJO PARA LOS CHOFERES DE COLECTIVO!
Transcribimos a continuación la fundamentación sobre la cual nos apoyamos para impulsar que la Legislatura de la Ciudad apruebe nuestro proyecto de 6 horas para los choferes de colectivo:
El presente proyecto persigue un objetivo claro: preservar la salud de los choferes del transporte público de pasajeros reduciendo la jornada laboral atendiendo el carácter de insalubridad que reviste. Pero esta modificación en el régimen de trabajo conlleva además 2 consecuencias positivas que también nos proponemos impulsar fuertemente. Ellas son la de crear nuevos puestos de trabajo con las horas ganadas a partir de proteger la salud de los trabajadores y la de contribuir a la seguridad del tránsito vehicular urbano.
Apunta a atacar las condiciones aberrantes en que se realiza hoy el trabajo de chofer y que cualquier pasajero/a en el lenguaje popular lo describe como: de características “insoportables”, “enfermantes”, y de verdadera “condena”.
INSALUBRIDAD DEMOSTRADA
Pero pasemos de las expresiones populares a ver que dicen los estudios científicos sobre este trabajo. Para eso hemos tomado el informe “Trabajo, sueño, alerta y estrés en conductores de colectivos” [1] , realizado por un equipo médico del CONICET. En él se entrevistaron y observaron un total de 1.043 choferes y a 48 de los cuales les realizaron evaluaciones fisiológicas. Sus resultados no hacen otra cosa que venir a confirmar, en forma rotunda, lo que sostenemos en este proyecto en relación al carácter insalubre:
“…más de la mitad de los choferes sufre de alteraciones del sueño y maneja con somnolencia, muy estresados y fatigados; ocho de cada diez tienen sobrepeso, hipertensión, fuma o trabaja bajo algún factor de riesgo cardíaco y, en todos los casos, su capacidad de reacción ante un alerta decae muy fuertemente a partir de la quinta hora de trabajo. Una “tormenta perfecta”, que no sólo los afecta a ellos. También proyecta su sombra sobre la seguridad pública.”
El cruce de todos estos estudios ofrece resultados variados y muy elocuentes. Por ejemplo:
- El 55% de los choferes tiene somnolencia diurna.
- Y seis de cada diez duerme mal.
- Los choferes del turno mañana descansan casi una hora menos que los del turno tarde.
- A partir de las cinco horas de trabajo, el tiempo medio de reacción ante un alerta aumenta, y crece mucho al final del día.
- Más de la mitad de los choferes dijo tener un estado de salud “regular o malo”. 8 de cada 10 colectiveros tienen problemas de peso, y la mitad de ellos fuma un promedio de 17 cigarrillos diarios.
- El 24% padece hipertensión.
Ante semejante cuadro, la conclusión de los investigadores es terminante:
“Los colectiveros tienen un precario estado de salud, directamente vinculado con el estrés derivado de las condiciones de conducción. Es evidente que la reducción del horario de trabajo a 6 horas y una adecuada campaña educativa son las medidas más urgentes a tomar”
Desde 1992, la jornada laboral de los colectiveros es de 8 horas, con la posibilidad de agregar hasta 4 horas extras. Veamos las apreciaciones sobre el modo en que desarrollan su trabajo:
“…la mayoría de los choferes dijo que cumplir sus horarios “implica conducir en forma insegura” (85%) o “sin cumplir las reglas de tránsito” (88%).
…el 95% de los encuestados reconoce que el alerta es importante para la seguridad, aunque el 75% dice que es común manejar fatigado.
Más de la mitad de los colectiveros dijo tener en forma “usual, casi permanente o permanente” sensaciones de cansancio físico y mental, tensión y ansiedad.
El número de accidentes viales reportados por pacientes con apneas de sueño es hasta siete veces mayor que en el resto de la población.”
Es así que para el doctor Cardinali -director del equipo que realizo la investigación-la conclusión es terminante: “la reducción de la jornada laboral de los colectiveros es clave.”
LUCRO EMPRESARIO VERSUS SALUD DE LOS CHOFERES Y TRÁNSITO SEGURO
Una pregunta surge luego de leer este trabajo: ¿Cómo es posible que, existiendo una documentación tan contundente, se mantiene un régimen laboral tan perjudicial para los choferes? Y es que en este, como en tantos otros trabajos en los que se somete a condiciones inhumanas a quienes son los que generan la riqueza material de la sociedad y proveen los servicios necesarios, no existe otra respuesta: sólo por la conveniencia económica empresaria, por el lucro y en beneficio de sus ganancias, se impone y sostiene el actual régimen de trabajo y la actual jornada laboral. Políticos, legislación y estado defendiendo los intereses de los poderosos. Modos de super-explotación propios del capitalismo más voraz que pueden ser contrarrestados, atenuados y hasta modificados radicalmente sólo por la lucha tenaz y sostenida de los trabajadores y trabajadoras en el plano gremial y político.
Extenuante e insalubre, es por eso un factor de consecuencias dramática para la salud de los mismos trabajadores, a la que se la coloca por debajo, como un valor inferior, al de los intereses económicos de los patrones del transporte. Su tasa de ganancia por encima de la “tasa de salud” de los seres humanos que ponen en movimiento los vehículos del transporte.
Pero, además de atacar la calidad de vida de los trabajadores del sector exclusivamente, esto mismo produce una afectación perjudicial para el tránsito en general, lo que significa consecuencias muchísimas veces trágicas para pasajeros, peatones, conductores particulares y los mismos choferes. Por esto es que sostenemos también que la actual jornada laboral de 8 horas, con la posibilidad legal que permite extenderla 4 horas más, es uno de los factores determinantes de la inseguridad vial, causante de casi un centenar de víctimas fatales anuales en la ciudad.
Sólo la presión de la necesidad y la exigencia económica, que encadenan al trabajador al salario para poder afrontar los gastos de una humilde vida de familiar, le imponen a un conductor de colectivos urbanos sacrificarse durante no menos de 10 horas al volante para lograr una remuneración en la que el mero salario debe necesariamente ser completado con “premios por vueltas” y “adicionales por boleto”.
Estos mecanismos, estos modos de explotación, son constitutivos de la insalubridad de la tarea. Tarea realizada en un medio (el flujo de tránsito de esta ciudad) impregnado por una contaminación múltiple (sonora, visual, respiratoria). Con consecuencias nocivas desde el punto de vista de la salud física y psíquica. Muchas veces con vehículos sin el debido mantenimiento, sin calefacción en invierno ni refrigeración en verano. Y siempre en “el infierno del tránsito”… como lo dice y reconoce todo el mundo.
Luchamos en defensa del justo derecho de una jornada laboral reducida, con garantía de un salario digno, que no esté amarrado por aquellas prácticas del lucro empresario a una llamada “productividad”, con las que en verdad se potencian la insalubridad y la inseguridad.
Empresarios subsidiados con millones durante el gobierno de los Kirchner, con “Jaimes y Ciriglianos” utilizando fondos públicos para su enriquecimiento y atentando contra la vida de la población, de los usuarios como en la tragedia de Once y los reiterados accidentes de la línea Plaza. Con extensión para la renovación de unidades y concesiones que se prorrogaron sin fin. Fuera del control por parte de los trabajadores y de la población. Manejando cuantiosos fondos como lo muestran los datos siguientes:
- “Los subsidios por pasajero en el transporte público automotor en el AMBA aumentaron siete veces entre 2003 y 2013. Ajustado por inflación, el subsidio por pasajero pasó de $90 en 2003 a $640 en 2013, alcanzando un máximo de $806 en 2010.”
- “Los subsidios explican casi el 80% de los ingresos de las empresas prestatarias de servicios de transporte automotor de pasajeros en el AMBA.” [2]
Millones y millones que seguramente, de ser administrados por trabajadores y usuarios, sin el superfluo y destructivo rol de empresarios que sólo engordan sus bolsillos, bien se podrían solventar la jornada laboral reducida y, a partir de la instrumentación de la misma, crear nuevos puestos de trabajo. Además de garantizar que se vuelque al mantenimiento y renovación de unidades. Veamos las cifras recibidas en concepto de subsidio durante el 2015 por el sistema privado de transporte colectivo de pasajeros:
“En los primeros 10 meses del año, la cuenta llegó a 100 millones de pesos diarios. Un cheque de 3000 millones de pesos se distribuyó, en promedio por mes, entre los colectiveros de todo el país.”
“…las primeras cinco empresas que lideraron el ranking histórico de subsidios desde 2005 hasta octubre pasado fueron Plaza, con $ 2825 millones; la Línea 216, que en la ciudad de Buenos Aires opera la línea 166, que hace el recorrido del Metrobus de Juan B. Justo, es la segunda en el podio, con $ 2762 millones; La Nueva Metropol (con $ 2327 millones) y Micro Ómnibus Quilmes ($ 2066 millones). La quinta es la línea 60, que funciona como Micro Ómnibus Norte, que recibió 1946 millones de pesos.” [3]
Allí están los fondos con los que solventar lo que sería una enorme mejora para choferes y pasajeros. Semejantes cantidades de dineros producto del esfuerzo de la población, no pueden estar en manos de personajes como Jaime (o de cualquier otro funcionario) y de las cámaras empresarias, ni depender de mecanismos discrecionales y aptos para negociaciones y manejos sin transparencia. El control público –trabajadores del transporte y usuarios- sobre estos fondos es una necesidad imperiosa.
Entendemos que, para conseguir el objetivo último de mejoramiento cualitativo, la reducción de la jornada deberá abarcar al conjunto de los choferes que trabajan en la totalidad de las líneas de pasajeros que circulan por el territorio de la ciudad. De allí el sentido profundo de la comisión planteada en el artículo 8º: alentar la articulación de una pelea que deberemos dar juntos choferes de la ciudad y el conurbano, con los usuarios sensibilizados y afectados por esta problemática.
Es inaceptable que se nos quiera convencer de que esto es imposible, utópico. Los trabajadores de subterráneos lo consiguieron. Lo lograron basados en una gran convicción, con la unidad que da la democracia en los lugares de trabajo y con lucha. También pueden lograrlo los choferes del transporte público automotor de pasajeros de la ciudad y del Conurbano Bonaerense. Se nos puede contestar que en ese caso se trata de un medio del estado de la C.A.B.A: pues si el carácter privado del transporte automotor es una traba para un trabajo más humano y un tránsito más seguro, no nos queda duda en avanzar a su expropiación y transformarlo en un servicio de gestión pública. Depende de la decisión de los trabajadores y del acompañamiento activo de la sociedad afectada por un sistema de transporte que también los maltrata “acarándolos como ganado” según el decir popular.
EN DEFENSA DE UN TRÁNSITO SEGURO
También sostenemos en este proyecto que la reducción de la jornada laboral para los choferes del transporte público de pasajeros es, en realidad, una medida central para lograr –no sólo una mejora en sus condiciones de trabajo y su salud- sino también una mayor seguridad y fluidez para el desplazamiento cotidiano de quienes habitan, trabajan, estudian o pasean. Y desde ya, para un tránsito con menores riesgos y más seguro en la ciudad. La población se debe un debate sobre esta cuestión fundamental con relación al transporte en la ciudad apuntando a medidas verdaderamente de fondo para mejorarlo, en el que la bicicleta no sea un maquillaje superficial para mantener los mismos problemas estructurales.
Esta situación crítica del tránsito no es nueva, y con el aumento de la cantidad de vehículos se ha agravado sustancialmente. Pero además viene siendo perpetuada por una verdadera asociación entre los empresarios y la dirigencia sindical, con la anuencia actual del gobierno del PRO (también los anteriores) y de una Legislatura que nada hace para modificar este brutal régimen de trabajo, factor de empeoramiento de las condiciones del tránsito. El incumplimiento de Macri de su promesa electoral 2007 de “construir 10 km de Subte por año” y su reemplazo por el Metrobus ha reafirmado la complicada situación.
Es más que evidente que el tratamiento legislativo de los problemas del tránsito vehicular en la ciudad es hasta ahora, indefectiblemente, del orden de lo recaudatorio/punitivo. Sanciones que van desde las multas hasta el retiro de los vehículos pasando por la foto-multa, pruebas de alcoholemia y la aplicación del llamado sistema de “scoring” o puntaje con el cual se llega hasta inhabilitación para poseer la licencia de conducir, extensión del aérea del estacionamiento medido. Ningún intento por darle otro abordaje para atacar el problema y, quizás, lograr mayor efectividad que se exprese en una drástica reducción de la cantidad de accidentes, de las personas con lesiones severas de por vida y de muertes.
El proyecto que presentamos privilegia el desarrollo del transporte de pasajeros, seguro, de calidad y de propiedad pública, con administración y control de trabajadores y usuarios. Entre ellos el subterráneo complementándose con el de superficie de manera integrada. Y a todo lo que colabore a “limpiar” el tránsito metropolitano de vehículos –y de contaminación- innecesarios.
Sostenemos que hoy, atacar la crisis del tránsito, es enfrentar intereses concretos. Intereses económicos mundiales, como los de las fábricas de vehículos (automóviles, camiones, buses, motos). Intereses con peso político, en todos los gobiernos y, con enorme influencia cultural. Intereses económicos muy poderosos, como los de las empresas de transportes de pasajeros y de cargas, y las enormes flotas de taxis. Con subsidios multimillonarios para garantizarles sus negocios. Y con la incidencia que tienen hoy en el porcentaje del flujo total de circulación, luego de haber diezmado en nuestro país el transporte ferroviario.
Presentamos este proyecto de ley desde una mirada que coloca en el centro la vida y el interés social. Valorándola, y valorándolo, por encima de todo lo que privilegie esos enormes intereses del lucro que, efectivamente hoy son quienes modelan como se transita.
Este proyecto apunta a suprimir uno de esos focos del problema: la prologada jornada de trabajo de los choferes del transporte público automotor de pasajeros de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires: no es todo, pero es mucho y es necesario… urgente.
Alentamos y apoyamos la lucha de los “trabajadores del volante” por conseguir esta conquista.
Por todo lo antedicho, planteamos la aprobación del presente proyecto.
Buenos días.
Entro a la página de AyL y me resulta imposible ver la lista de proyectos que tienen / proponen.
En lugar de eso hay noticias/artículos sobre temas mas o menos actuales; Choferes, time warp, etc.
Porque no decidieron blanquear en forma clara y coniza sus propuestas?
O acaso lo estoy buscando mal?