CLASES DE LUCHA EN FRANCIA
Más de 40 días de huelga y masivas movilizaciones contra la reforma jubilatoria que propone Macron
- Por Sebastián Blanchard @sebablanchard
Cientos de miles de trabajadorxs se lanzaron a la huelga indefinida desde del 5 de diciembre otra vez contra los planes de ajuste de Macron. La gota que rebalsó el vaso fue el proyecto de reforma jubilatoria que plantea entre otras cosas una suba de la edad jubilatoria de 62 a 64 años, la anulación de los regímenes especiales como el de ferroviarios o la opera de París (la edad jubilatoria pasaría de 42 a 64 años), y pasar de un sistema de reparto “solidario” a uno de capitalización por puntos al estilo de las viejas AFJP.
En el 2019 vimos cómo en diversos países se sucedieron procesos de luchas con masivas movilizaciones contra los planes de ajuste, en Ecuador, Colombia, Chile, Hong Kong, Libano, Irán, y otros. El pueblo francés también viene enfrentando los planes de ajuste de los distintos gobiernos en las últimos años, desde las movilizaciones de estudiantes de la NuitDebout que ocuparon durante semanas la plaza de la República en 2016 contra la reforma laboral de Hollande, hasta el potente movimiento de los chalecos amarillos en contra la suba del combustible.
Pero lo que distingue esta lucha de otras anteriores es que es la clase obrera la que está a la cabeza de la pelea con sus métodos de huelga y movilización poniendo la defensa de sus conquistas y reivindicaciones en el centro de la discusión política francesa y europea y mantiene a Francia prácticamente paralizada hace más de un mes.
La respuesta obrera y popular es de tal magnitud que está considerada la huelga más importante de la historia moderna de Francia y que mantiene desde hace más de un mes el país virtualmente paralizado, con la mayoría del transporte urbano sin funcionamiento.
Las jubilaciones y los “privilegios” obreros, ese viejo/nuevo monstruo a vencer
Durante las últimas década, desde Chirac en el ’95 pasando por Sarkozy y hasta el “socialista” Hollande intentaron ponerle fin al denominado estado de bienestar francés para ponerlo en sintonía con el resto de Europa con salarios bajos y edad jubilatoria alta. Macron, ex miembro de la banca Roschild va nuevamente a la carga. Su discurso “modernizador” no es otra cosa que la vieja receta de bajar salarios y pensiones en beneficio de la rentabilidad empresaria escondida bajo la denuncia de privilegios de algunos sectores (especialmente ferroviarios) en comparación a otros trabajadorxs, para él se trata de un proyecto de “justicia social y progreso”. Solidaridad a la baja entre lxs propios trabajadorxs mientras los de arriba mantienen privilegios, suena conocido, no?
El gobierno presiona y negocia con el objetivo de que el parlamento lo trate en febrero. La huelga se mantiene firme y va sumando nuevos sectores a la lucha mientras aumenta la simpatía del resto de la población (casi el 60% apoya la medida, y el fondo solidario con la lucha supera el millón y medio de euros). A los sindicatos del transporte,, se le sumaron lxs pilotos y azafatas de Air France, los trabajadorxs de las refinerías, los portuarios y enfermerxs, médicxs, abogadxs, contadorxs y también estudiantes universitarixs. A diferencia de lo que venía sucediendo años atrás, estos sectores ahora confluyen con los chalecos amarillos, en su mayoría trabajadores cuentapropistas de las poblaciones semi-urbanas con un importante rasgo de auto organización y de rechazo a las direcciones sindicales y políticas que mediante movilizaciones y enfrentando la represión logró torcerle el brazo a Macron hasta hacerlo retroceder en el aumento del combustible de Macron.
Esta unidad -lograda por la fuerza que viene desde abajo- obliga al gobierno a oscilar entre mostrarse firme y a la vez negociar, como sucedió con la “cláusula abuelo” (que la reforma se aplique a los nuevos trabajadores y excluir a lxs ya jubilados), tensión que provoca divisiones dentro del mismo poder económico por las consecuencias y las millonarias pérdidas. Dentro del mismo gobierno y cámaras empresarias hay sectores que se inclinan por retirar el proyecto y otros por avanzar.
“lo que distingue esta lucha de otras anteriores
es que es la clase obrera la que está a la cabeza de la pelea
con sus métodos de huelga y movilización“
Mientras tanto Macron también negocia por separado con algunos dirigentes sindicales haciendo promesas para algunos gremios y no para otros, tratando de dividir la potente lucha. De igual modo intensifica la campaña hacia el conjunto del pueblo intentando exhibirlo sin respuesta alternativa ante la crisis de Francia. Sin dejar de reprimir brutalmente las movilizaciones.
Continuar las movilizaciones y extender la autoorganización frente a todo intento por contenerlas o dividirlas desde arriba
A más de un mes del inicio de la huelga, el desafío del movimiento pasa, en primer lugar, por mantener la intensidad de la huelga en los sectores claves de la economía y lograr la incorporación de los que aún no se plegaron como los estatales o del sector financiero. Hay expectativas en sumar a lxs maestros y profesores para paralizar el ciclo lectivo, todo dependerá si se mantiene la movilización y articulación por abajo ante la posibilidad de que las direcciones de los sindicatos avancen en contener para moderar la lucha, tal como lo vienen intentando alguno de los sindicatos reformistas que aún mantienen el diálogo con Macron a la espera, inútil, de más concesiones pese a que y afirmó que enviará el proyecto. El anuncio de una “retiro provisorio” del punto de la suba de la edad jubilatoria anunciada luego de la movilización del 9 es considerado más como un engaño para desmovilizar que algo concreto en la negociación.
Por eso el segundo gran desafío es el de extender y profundizar la autoorganización en los lugares de trabajo, avanzar en coordinarse unos con otros decidiendo desde abajo la continuidad y las formas de lucha como alternativa a las políticas divisionistas y desmovilizadoras de las burocracias sindicales.
Y está planteado que allí, desde abajo, se discuta y decida la lucha contra la reforma previsional como parte de la lucha contra todo el plan de ajuste de Macron. Y más estratégimante en la disputa con el gobierno por mantener el apoyo del resto del pueblo trabajador, plantear medidas contra el gran que muestren el ajuste a los de arriba como la verdadera salida a la crisis.
La huelga se mantiene, están convocadas nuevas movilizaciones para las semanas siguientes bajo la consigna que viene prendiendo con fuerza en las marchas: “Sin retiro [de la reforma] no hay tregua”.
La histórica lucha de lxs trabajadorxs franceses deja un fuerte mensaje que potencia y fortalece la lucha de lxs trabajadorxs alrededor del mundo contra los planes de ajuste de los de arriba. La pelea está abierta, la irrupción de lxs trabajadorxs en la escena otorgan esperanzas de una victoria que haga retroceder a Macron y sus planes.