LA CUARENTENA SE FLEXIBILIZA, LA CRISIS SE AGRAVA PARA EL PUEBLO
• Por Fernando Vilardo (integrante de AyL)
La cuarentena se va flexibilizando en la mayoría de las ciudades del país donde los casos de contagio de Covid 19 son bajos, con la excepción del AMBA que concentra el mayor porcentaje de contagios, especialmente en los barrios más empobrecidos de la Ciudad donde ya son alrededor de 1.100 las personas contagiadas. Una situación que es consecuencia del hacinamiento y precariedad a la que son sometidas sus habitantes por parte de los distintos Gobiernos. Lo que no flexibiliza, sino que se agrava día a día, es la situación de millones de trabajadorxs que ven cómo los empresarios en complicidad con el Gobierno, aprovechan el clima de la pandemia para avanzar sobre el salario y las condiciones de trabajo.

La CGT acordó con la UIA la rebaja del 25% del salario de lxs trabajadorxs. De tocarle a los que más tienen nada.
El miedo a perder el trabajo; el dolor por haberlo perdido; la incertidumbre de no saber si este mes alcanzará el salario o la jubilación, o peor, la seguridad de saber que no alcanza; el drama que sufren a diario quienes viven hacinadxs y sin condiciones mínimas de salubridad; las dudas sobre cómo salir de la cuarentena sabiendo del precario sistema de salud luego de años de desinversión y de no haber sido nunca una prioridad para ningún gobierno. Es este el escenario dramático de un pueblo que ve y padece una crisis que golpea cotidianamente sus vidas, que para peor ya venía muy golpeada por años de ajuste.
Lo que no flexibiliza, sino que se agrava día a día, es la situación de millones de trabajadorxs que ven cómo los empresarios en complicidad con el Gobierno, aprovechan el clima de la pandemia para avanzar sobre el salario y las condiciones de trabajo.
En los barrios populares de la Ciudad de Buenos Aires son más de 1000 las personas contagiadas
Día a día se multiplican los despidos, suspensiones y recortes salariales. Como pasa siempre ante cada crisis, quienes terminan pagando son las y los trabajadores. El decreto que “impide” los despidos no es más que letra muerta. En la práctica el gobierno nacional deja correr. No solo eso, sino que además con la plata de todo el pueblo subsidia a las empresas para que, supuestamente, pague salarios. Sin embargo los despidos y suspensiones no se detienen.
La dirigencia gremial, por su parte, hace la vista gorda y se alinea con las decisiones de las patronales. Le ata las manos al pueblo trabajador extorsionando con que si no aceptan rebajas salariales “se van a perder puestos de trabajo”. Una frase hecha a la medida del interés empresario. Cómo generalmente ocurre, a la corta o la larga terminan sucediendo ambas cosas gracias a que esa dirigencia gremial, en muchos casos multimillonaria, corrupta y que se sostiene con patotas, lejos de estimular e impulsar la lucha, la obstaculiza.

Trabajadorxs del Frigorifico Penta de Quilmes. Luchan contra los 240 despidos
La pandemia: ¿causa o consecuencia de la crisis?
Nos quieren hacer creer que la causa de todo esto es el avance devastador en todo el mundo del covid-19. Que a partir de allí se ha desatado una crisis global. Pero la crisis ya se venía incubando al interior de un sistema cada vez más destructivo y desigual. Con programas de ajuste donde el vaciamiento a la salud hoy ha quedado dramáticamente expuesto. Donde los gobiernos en todo el mundo transfieren una porción cada vez mayor de sus presupuestos para pagar los intereses de una Deuda que solo beneficia a unos pocos especuladores. Donde el lucro capitalista lleva cada vez más a mayores niveles de explotación y precarización del trabajo tanto como a la destrucción del medio ambiente y la biodiversidad. La pandemia lo que ha hecho, en todo caso, fue exponer toda esta crisis y profundizarla a niveles dramáticos.
la crisis ya se venía incubando al interior de un sistema cada vez más destructivo y desigual. Con programas de ajuste donde el vaciamiento a la salud hoy ha quedado dramáticamente expuesto.
Durante años, quienes gobiernan en todo el mundo fueron los brazos ejecutores de esta de todo esto. También fueron quienes miraron para otro lado cuando existían informes desde hace un tiempo anticipando que existía la posibilidad de una pandemia como la que está en curso. ¿Qué se hizo para prevenirla? Nada. Al contrario, la desinversión en salud fue en aumento. Por eso la única medida que tienen hoy es el de la cuarentena y el aislamiento por temor a que colapse un sistema sanitario absolutamente precario y maltrecho. Sin dudas la pandemia expuso otra cosa: en estas democracias donde pocos deciden, los pueblos de todo el mundo somos objetos de esas decisiones al servicio de intereses de unos pocos. Y nuestras vidas quedan atadas a esas decisiones.
¿Quién paga esta crisis en la que nos metieron?
Estamos ante una oportunidad histórica para desconocer la estafa de la deuda y dejar de sacrificar las condiciones de vida de millones, que no pidieron ni avalaron el endeudamiento, para pagarles a los usureros del mundo. El propio Alberto Fernández hizo campaña señalando la estafa de la deuda tomada por Macri, sin embargo ahora, mientras la vida de millones se deteriora día a día, le ofrece a grandes fondos de inversión que lucran con la Deuda una ganancia que no se paga en todo el mundo. Lo que muestra que en las crisis no todos pierden.
Estamos ante una oportunidad histórica para desconocer la estafa de la deuda y dejar de sacrificar las condiciones de vida de millones, que no pidieron ni avalaron el endeudamiento, para pagarles a los usureros del mundo.
Los empresarios, por su parte, exigen volver a la actividad “normal”, eso sí, reduciendo “costos”, esto significa: menos salario, más precarización y más familias en la calle. Mientras tanto las condiciones de salubridad quedan reservadas para los protocolos que acuerden los empresarios con el gobierno: ¿y los trabajadorxs? ¿Se nos consulta algo?
Las crisis son también oportunidades para que pocos ganen a costa de las mayorías. El desafío para todo el pueblo trabajador es impedir que el ajuste no recaiga en sus espaldas. ¿Cómo se hace? ¿Cómo deja de ser OBJETO de las decisiones de pocos? El enorme desafío que se abre es que sea el conjunto de los y las trabajadoras quienes tomen en sus manos esta lucha y construya una salida a esta crisis para que la paguen los que más tienen. ¿Cómo asume ese desafío? Hay que discutirlo en cada lugar de trabajo. Discutir cómo se hace para que el salario y los puestos de trabajo se mantengan.
Que los empresarios, que ponen como excusa la crisis, muestren sus libros contables para ver las ganancias que han tenido durante todos estos años y ver los subsidios que hoy están cobrando con la plata de todxs nosotrxs. Discutir cómo se auto-organizan para imponer condiciones de trabajo y salubridad acorde a sus necesidades y que sean los y las trabajadoras mismas quiénes asuman el control y hagan un seguimiento para que esas condiciones se cumplan. Es decir, empezar a hacer lo que las direcciones gremiales impiden y obstaculizan: discutir y decidir desde abajo.
Solo así podremos construir las fuerzas para enfrentar una crisis que ya están queriendo descargar en nuestras espaldas.