DÍA INTERNACIONAL CONTRA LA HOMOFOBIA Y LA TRANSFOBIA
¡No a las clasificaciones y no a las instituciones capitalistas que las reproducen!
* Por Marta Martínez, integrante de AyL
Un 17 de mayo de 1990 la Asamblea Mundial de la Salud de la Organización Mundial de la Salud excluía a la homosexualidad como una enfermedad mental, así, desde hace un tiempo este día se ha convertido en una jornada contra la homofobia.
Pero, además de reivindicar la lucha contra la discriminación y opresión de las diversidades sexuales no tendríamos que preguntarnos también ¿cuál es el rol de instituciones como la OMS? No solamente en relación a las opresiones de género sino sobre la influencia -es decir reproducción cultural, en este caso en la salud- en todos los aspectos de la vida, de instituciones que sostiene el capitalismo mundial.
¿Quién financia la OMS? Podría darnos algunas respuestas sobre sus intereses, más en días como hoy donde la pandemia golpea a quienes ya habían sufrido la precarización de sus vidas como consecuencia de un capitalismo cada vez más salvaje. Es así que vemos que en principio hay una distribución de aportes de los países que integran a la OMS donde se toma en cuenta la riqueza y la población de un país, pero luego están los aportes estatales y no estatales que son voluntarios. Para el año 2018-2019 de los 5.600 millones de dólares de los que dispuso la OMS, unos 4.300 millones de dólares fueron aportes voluntarios. Esta distribución marca claramente cuáles son los intereses a los que va a responder la institución mundial. ¿Quiénes realizan las mayores contribuciones voluntarias al organismo? Estados Unidos en primer lugar, con casi el 15 % y, en segundo lugar, la Fundación de Bill Gates con casi el 10 %, el Reino Unido es el segundo Estado que más aporta con casi un 8 %.
Un 17 de mayo de 1990 la Asamblea Mundial de la Salud de la Organización Mundial de la Salud excluía a la homosexualidad como una enfermedad mental, así, desde hace un tiempo este día se ha convertido en una jornada contra la homofobia.
El mundo científico, también responde a intereses, es decir que el sistema capitalista interviene a través de las instituciones en la propia conformación de lo científico-social. De este modo logra también reproducir culturalmente el sistema sobre el cual se apoya el sistema capitalista: el patriarcado.
¿Una enfermedad? Claro que no. Pero ¿cuál es la forma más legitimada de hacernos creer algo si no es la ciencia y lo científicamente comprobado? Y esto es parte de la construcción de un sistema de dominación y opresión. Las instituciones, las mundiales pero también con las que nos topamos todos los días, reproducen el sistema de opresión patriarcal y el sistema capitalista.
Un día como hoy reivindicamos que la elección de la sexualidad y la disidencia sexual son formas de libertad y que la heterosexualidad como “lo normal” es la construcción del patriarcado capitalista al que tenemos que derrotar.
Sucesos como este, el quitar una realidad no heteronormada de un listado de enfermedades, nos muestra más claramente cuán urgente se vuelve la pelea por lo contracultural que necesariamente viene de la mano de la pelea contra el sistema capitalista.
Un día como hoy reivindicamos que la elección de la sexualidad y la disidencia sexual son formas de libertad y que la heterosexualidad como “lo normal” es la construcción del patriarcado capitalista al que tenemos que derrotar.