Este fin de semana miles de cubanos se movilizaron en distintas ciudades cubanas en repudio a la gravísima crisis económica que vive el pueblo, crisis que viene de arrastre en los últimos años provocado tras el bloqueo impuesto por el imperialismo norteamericano y que se agudizó especialmente durante el gobierno de Trump.

Sumado a ello, en enero de este año el Gobierno de Diaz Canel tomó una serie de medidas en línea con la apertura hacia el capitalismo que decidió el Partido Comunista hace algunos años. Terminó con la doble moneda eliminando la divisa del CUC, fijando el valor del peso cubano, eliminó la libreta de racionamiento, los subsidios a los servicios y permitió la instauración de una cantidad de actividades en manos de actores privados. Todo esto implicó un fuerte ajuste al pueblo vía la devaluación de los ingresos de lxs trabajadorxs y además que aquellxs que subsistían en base a la ayuda estatal hoy estén casi sin medios de supervivencia.

En ese marco la pandemia golpeó con más fuerza aún, los ingresos por turismo (principal vía de ingresos) cayeron abruptamente agravando toda la economía y el sistema sanitario se encuentra al borde del colapso, los insumos médicos escasean lo que dificulta el avance de la vacunación al no contar con insumos básicos como jeringas o vías para su colocación. Este es el contexto en el que dan las protestas cada vez más fuertes de distintos sectores de la población desesperados ante la carestía de la vida, contra el desabastecimiento de todo tipo a lo que se suman movimientos, principalmente de artistas, como el Movimiento San Isidro, con algunos de sus referentes más conocidos muy críticos del Gobierno y con más que probables lazos con sectores de exiliados de Miami y posturas pro yankis, que reclaman mayor libertad de expresión en la isla pero que encontraron una importante simpatía en sectores del arte cubano y en la juventud.

Movimiento San Isidro.

En este rio revuelto el gobierno de Biden y los sectores más reaccionarios del continente intentan rescatar su porción agitando las revueltas, desde ya que su interés lejos está de reclamar por mejores condiciones de vida para la población, sino que aprovechan el voleo para intentar avanzar contra las conquistas históricas de que trajo la revolución y que aún son defendidas por una parte considerable de la población.

Desde ya rechazamos y repudiamos el uso que hacen esos sectores de la crisis y principalmente repudiamos el criminal bloqueo sobre la isla por parte del imperialismo norteamericano que asfixia al pueblo cubano desde hace más de 60 años, pero esa situación no justifica ninguna represión por parte del Gobierno, ni persecución u encarcelamiento a manifestantes. Los detenidos deben ser liberados inmediatamente.

Apoyamos al pueblo cubano en las movilizaciones por mejores condiciones de vida y por el fin de la carestía y de fuerte cuestionamiento al régimen burocrático de partido único. Al mismo tiempo vemos fundamental enfrentar cualquier salida reaccionaria pro imperialista.  En esa pelea se empieza por exigir más democracia y no menos. ¡Está planteada la lucha por que el pueblo trabajador tome en sus manos todas las decisiones!