LA REBELIÓN FEMINISTA TIENE SU PROPIA VOZ
El voto negativo de la cancillería argentina al documento de la ONU demuestra una vez más, con las votaciones en estos ámbitos y no de los pueblos, que solamente las mujeres y disidencias junto a las luchas de la case trabajadora somos quienes podemos enfrentar y derrotar la cultura patriarcal. No hay que esperar nada de los gobiernos ni instituciones internacionales. Un voto en una asamblea de Naciones Unidas a favor de la resolución fortalece aquellos feminismos institucionalizados que dejan en palabras sin sonido una voz que todos los días denuncia y grita contra los femicidios como el de Sofía.
La ONU es una institución del mundo capitalista que juega a favor de los grandes poderes políticos y económicos que oprimen a las mayorías trabajadoras. La rebelión feminista ha logrado la legalización del aborto poniendo el cuerpo en las calles, no porque este derecho se encuentre en resoluciones internacionales, inclusive formando parte de nuestro marco jurídico mucho antes de su aprobación. Por otro lado, Milei busca diferenciarse de esta institución, no por no hambrear al pueblo trabajador u oprimirlo sino colocándose en una posición aun más reaccionaria y reafirmando su compromiso de atacar todos los derechos de las mujeres y disidencias. Así, con su voto, llega a ponerse más todavía contra las mujeres y sus derechos que gobiernos que no se caracterizan por defenderlos, como los de EE.UU. o Israel que votaron a favor o el de Irán que se abstuvo y tantos más que no los respetan precisamente. Milei logró ponerse aún más a favor de garantizar la opresión de género que todos los restantes gobiernos del mundo.
Por eso debemos reforzar la lucha de la rebelión feminista desde abajo. Los gobiernos de turno hacen y deshacen como si fuéramos objetos, no podemos dejar nuestros derechos en sus manos ni en las de nadie que quiera reemplazar nuestra voz. Aunque ninguna resolución dijera que la violencia contra las mujeres y disidencias forma parte de un patriarcado heterosexual atroz reforzado por un mundo capitalista opresor, nosotrxs lo sabemos y luchamos por derrotarlo.
Es por eso que tenemos que seguir saliendo a las calles para retomar esos lazos de lucha que hemos construido los feminismos históricos y la rebelión feminista, seguir peleando desde abajo por que no nos quiten derechos y conquistar todo aquello que aun tenemos pendiente en el camino que nos lleve a derrotar al patriarcado y al capitalismo.