¡FUERA EL IMPERIALISMO DE VENEZUELA! ¡QUE EL PUEBLO DECIDA DESDE ABAJO UNA SALIDA!
Desde sus comienzos hemos sido críticos al proceso que se abrió en Venezuela con la llegada al poder de Hugo Chávez. Con los cuidados que exige juzgar a la distancia, siempre fuimos opositores a un proceso que nunca impulsó la construcción de una alternativa al capitalismo, aunque al invocar en forma genérica el socialismo despertó expectativas en sectores de luchadores. Consecuentemente planteamos que nunca se tocaron las estructuras económicas e institucionales del capitalismo y remarcamos que era imprescindible enfrentar esa construcción política desde arriba con el impulso desde abajo, peleando por mecanismos de democracia directa, contraponiendo al poder del Estado y sus instituciones con nuevas formas de auto-organización de la clase trabajadora para que sea ella quién decida una perspectiva y salida socialista. Si no se daba todo eso, podía terminar reproduciendo viejas experiencias históricas de gobiernos más o menos progresistas, funcionales al poder económico, que obturaron las trasformaciones estructurales e institucionales necesarias para contrarrestar el dominio del capital.
Esta crítica no nos impide hoy denunciar el rol del imperialismo yanqui en Venezuela y sus intentos por tener cada vez mayor injerencia en aquel país. Al contrario, creemos que es una obligación para todo aquel que luche en la perspectiva de construir un mundo socialista denunciar cualquier intento de penetración por parte del principal Estado garante del capitalismo en el mundo y responsable de las mayores masacres de las últimas décadas.
La reciente gira por América Latina del ahora ex secretario de Estado, Rex Tillerson (recibido también con honores por Macri), en el mismo momento donde comienzan a implantarse medidas anti migratorias en países como Colombia y Brasil; donde países como Argentina, Chile y Perú prometen “ventajas” para los exiliados venezolanos; donde 40 países, incluida la Unión Europea, anticipan su desconocimiento a los resultados de las próximas elecciones presidenciales; sumado a las amenazas proferidas por algunos funcionarios de Estados Unidos de sanciones económicas o el mismo Trump hablando de que “no descarta una intervención militar”; donde las grandes empresas de medios de comunicación bombardean constantemente de noticias hablando de la “crisis humanitaria” en Venezuela; deberían ser señales de alarma para denunciar cualquier tipo de intervención por parte de Estados Unidos, sea en forma directa o indirectamente a través de alguna de las fuerzas políticas que integran la MUD, con el argumento de “evitar” una crisis humanitaria.
La posibilidad real de una intervención militar para un país como EEUU, que representa lo peor en materia de violación a los derechos humanos por sus vínculos con los golpes genocidas en América Latina parecerían ser limitadas, quizás por eso necesite hoy de un rol mucho más protagónico de gobiernos serviles de la región como el llamado Grupo Lima que terminó presionando para abortar el acuerdo que estuvo a punto de alcanzar recientemente el gobierno de Maduro con la oposición, acuerdo que desde ya no implicaba ninguna salida positiva para la población trabajadora venezolana sino, más bien, más de los mismo que viene haciendo Maduro: cumplir con las exigencias del capital internacional, como ya lo había hecho, por ejemplo, con la entrega del Arco Minero del Orinoco.
Sea como fuere nadie que pretenda y luche por la construcción del socialismo en cualquier parte del mundo puede permanecer indiferente frente al avance y la injerencia del imperialismo en cualquier país. Los enormes padecimientos que sufren lxs trabajadorxs y el pueblo pobre venezolano solo pueden ser resueltos por lxs mismxs venezolanxs, que contarán con el apoyo solidario de los pueblos de América Latina y del mundo que rechazan la prepotencia imperialista norteamericana. Por eso… ¡fuera el imperialismo de Venezuela! Que el pueblo decida desde abajo una salida.