EE.UU.: A MAYOR DECADENCIA, MÁS PELIGROSO
* Por Luis Zamora, militante de Autodeterminación y Libertad | @luisfzamoraAyL
Llevaba pocas horas el 2020 cuando el mundo fue sacudido por el ataque imperialista en Bagdad. En el atentado con drones y misiles EE.UU. asesinó al general Soleimani, máximo líder militar del régimen chiita de Irán, y, entre otros más, a Abu Mahdi al-Muhandis, coordinador de las numerosas milicias iraquíes chiitas y líder de la principal de ellas, Kataeb Hezbollah.
La presencia de Soleimani en Irak -y trasladándose junto al líder de las milicias iraquíes- es todo un símbolo de la influencia creciente Iraní en la zona. Como lo es también el ataque de Trump y el blanco seleccionado.
Las influencias y relaciones iraníes abarcan hoy desde la agrupación política militar Hezbollah en el Líbano, que derrotó en el 2006 nada menos que al Ejército israelí, hasta las fuerzas rebeldes hutíes en Yemen que luchan contra la coalición de Arabia Saudita y EEUU. Pasando por las milicias que son sostén fundamental, junto a Rusia, de la dictadura de Al-Asad en Siria y que han tenido un rol importante en derrotar al ISIS en ese país como la organización de milicias chiitas iraquíes que han cumplido igual tarea en Irak. En este último país Irán tiene ya una alianza de hecho con la mayoría chiita ahora gobernante 1 . A eso se suma su incidencia en Bahrein, Afganistán, Pakistán.
GOLPEAR A IRÁN
Y como expresión de esa vinculación e incidencia protagónica en la zona, en este caso, en el Golfo Pérsico, Soleimani llegaba a Bagdad con una comitiva donde se destacaba un integrante de la más alta cúpula miliciana iraquí. Ese era el blanco que simbólica y físicamente decidió golpear Trump con su agresión terrorista.
Un atentado en primer lugar, entonces, que intenta limitar esa creciente y extendida influencia en la región de un régimen como el de Irán que, desde 1979 con la inmensa rebelión que derrotó en ese país a la feroz dictadura pro-yanqui del Sha Reza Pahlevi 2 , es una nación en conflicto constante con la penetración norteamericana y que, no solo no responde a las directivas ni a los objetivos imperialistas como otros gobiernos vecinos sino que además está en veredas opuestas en la mayoría de los duros conflictos políticos y militares que sacuden la región.
La razón principal […] de todas sus guerras e intervenciones militares siempre fue el subsuelo de la región y la importancia geopolítica, no la defensa del “mundo libre” ni la “lucha contra el terrorismo”
¡Y qué región! Con un valor estratégico si se piensa que solo en la zona del Golfo Pérsico se extraen un tercio del petróleo producido en el mundo. EE.UU. -y antes las potencias imperialistas europeas que continúan allí, aunque subordinadamente- ha actuado siempre como si esas reservas le pertenecieran. Esa ha sido la base de su sostén incondicional al principal garrote con el que amenaza y extorsiona a todos los demás países que es el Estado usurpador de Israel.El petróleo crudo y el gas natural. Y la razón principal, hasta ahora, de todas sus guerras e intervenciones militares, sus bombardeos, sus masacres, sus campañas de prestigio o desprestigio de gobiernos regionales según sean socios o no de los intereses norteamericanos. El Subsuelo de la región y la importancia geopolítica. No la defensa “del mundo libre” ni “la lucha contra el terrorismo”: ¡El SUBSUELO! 3
MENSAJE IMPERIAL A LA REGIÓN
De allí que los asesinatos en Bagdad son un mensaje a Irán pero también a los demás países de la regións iempre desestabilizada por la penetración y el saqueo imperialista, la imposición a ese fin de la existencia provocadora y belicista del Estado de Israel usurpando la tierra árabe-palestina y las políticas de los gobiernos árabes serviles a ella.
Son intervenciones e injerencias en las que cada uno tiene sus intereses geopolíticos y económicos pisoteando, una y otra vez, el derecho a autodeterminarse de los pueblos que habitan la zona, saqueando sus territorios y a costa de los profundos dramas que viven.
El régimen reaccionario y represivo de Irán, del que Soleimani era el máximo oficial militar, es otro de los países que contribuye a la permanente crisis que vive la región. Y sacudida también por las luchas populares enormes que se le opusieron y la resisten históricamente.
LA “PRIMAVERA ÁRABE” Y SU REFLEJO EN LA ZONA
En el 2011 se produce la llamada “Primavera árabe”, un fenómeno de descontento surge bien desde abajo empujado por el empobrecimiento creciente y la indignación con gobernantes corruptos instalados desde hacía décadas. Detona en Túnez y la rebeldía popular se extiende como reguero de pólvora por los países árabes; voltea a varios dictadores como en Túnez y Egipto. Luego en Yemen. En algunos también se conquistan derechos democráticos elementales, en otros se frustran después de los primeros pasos y gobiernos y regímenes toman nuevos aires. Libia, Egipto, Yemen, Argelia, Jordania, Bahrein, Omán y finalmente Siria se ven atravesados de diversas formas por el proceso. En Siria las movilizaciones rebeldes se combinaron, como en Irak, con la sublevación independentista de la nación kurda. La monarquía siria de Al Assad desencadena como respuesta una brutal represión. Se va a una guerra civil. Intervienen los EE.UU. e Israel, que intentan usar el proceso para sacarse de encima a un gobernante que no les responde, pero obviamente su intromisión ensucia todo lo que tocan, terminan confundiendo y dividiendo el proceso popular. Aprovecha Irán y entra en apoyo del dictador. Luego Rusia en forma determinante y a último momento Turquía. EE.UU., con Obama, manda tropas y bombardea pero la alianza coyuntural de Irán y Rusia gana terreno.
Obama, intentando recuperar protagonismo político para EE.UU., inició negociaciones secretas con Irán en el 2012, llegando en el 2015 a un acuerdo nuclear con ese país, firmado también por Francia, Alemania, Inglaterra, China y Rusia. Negociaciones y acuerdos que adquieren más valor con la irrupción en escena del ISIS, lo que cambia coyunturalmente las prioridades de todos. EE.UU. necesita ahora tener a Irán de su lado contra el califato islámico.
Trump denunció una y a otra vez a “los políticos norteamericanos por las intervenciones militares en el mundo”, señaló que EE.UU. “no podía ser la policía del mundo” y en especial culpó a Bush, a Obama y a Clinton. Ese eje fue un fuerte compromiso de la campaña presidencial del 2016. Por eso este ataque se contrapondría notoriamente con ese eje expresado bajo el lema “America First” (primero EE.UU.) en el que basó el retiro de tropas de Medio Oriente y que fue uno de los elementos tenidos en cuenta por sus votantes.
En el gobierno su política en este sentido ha sido vacilante, yendo y viniendo, y en cuanto a influencia política y militar en Medio Oriente ha dado varios pasos atrás. La derrota del Estado Islámico ha vuelto a cambiar el orden de prioridades y la ruptura unilateral del acuerdo sobre energía nuclear tendría esa primera explicación. Vuelve a tener a Irán como enemigo. En ese marco -y en la pelea por la hegemonía global con China- aparecen estos intentos de hacer sentir nuevamente su presencia, pero parece quedar claro que será de los acuerdos de una preponderante Rusia y este influyente Irán, quizás con Turquía, de dónde saldrán, por ej., los lineamientos de la Siria de posguerra, no de los EE.UU., después de este retroceso de varios casilleros.
Lo que no minimiza el ataque. Con este acto criminal sigue advirtiendo que en lo que esté a su alcance tratará de mantener su dominio geopolítico y el control de las riquezas petroleras de la zona.
En realidad “America First” sigue siendo “Primero el Imperialismo” y, como alguna vez se preguntó, ¿y segundo? “También el imperialismo”, y ¿después? “El imperialismo, siempre el imperialismo”.
YA A CHINA Y A RUSIA
El asesinato de Soleimani, un hecho sangriento de los tantos que realiza EE.UU. en el mundo desde hace décadas, amenaza con una escalada guerrerista que solo traería más muertes y destrucción entre los pueblos. Y es un hecho que también busca trasmitirle un mensaje de poder, dominación e intimidación a todos los pueblos incluyendo a los de la región que se encuentran en creciente rebeldía y protesta con revueltas recientes en El Líbano y en Irak contra los gobiernos, por las condiciones de vida y en rechazo a la descripta incidencia iraní. Y en el propio Irán contra el régimen islámico que las reprimió brutalmente. Y alerta al histórico reclamo y a la lucha por la autonomía del pueblo kurdo. A todos pretende hacerles llegar que su dominio continúa.
Pero principalmente es un acto dirigido a Rusia y China. Rusia, como hemos visto, ha expandido su influencia en la región a partir de su intervención en Siria, y junto a China, que depende del petróleo de la región (e Irán es su máximo exportador), viene de firmar importantes acuerdos económicos con los iraníes que significan desconocer las sanciones y embargos norteamericanos por la ruptura del acuerdo nuclear, y Rusia, China e Irán vienen de hacer juntas, en diciembre, importantes maniobras militares en la zona, en lo que había sido, a su vez, un mensaje notorio de China a EE.UU. como parte de la disputa por la hegemonía mundial.
LAS RESPUESTAS DE IRÁN Y LA SITUACIÓN DEL RÉGIMEN
Irán respondió con algunos ataques de misiles buscando claramente no causar bajas norteamericanas. Pero hubo dos acciones más estratégicas con las que busca sacar provecho del nuevo contexto producido por la agresión:
1) anunció que ya no se considera limitado en su desarrollo nuclear por el acuerdo que había firmado en su momento con Europa, EE.UU., Rusia y China y que ya EE.UU. había incumplido y abandonado. Irán amenaza con avanzar en el desarrollo nuclear incluyendo enriquecer uranio en la cantidad que libremente decida. Con lo que eso significa.
2) Logró que Irak exija la salida de todas las tropas extranjeras. Por supuesto eso atañe fundamentalmente a las tropas yanquis, que estaban allí “autorizadas” para combatir al ISIS después de desintegrar casi Irak con la invasión y la guerra del 2003. La influencia iraní pegaría un nuevo salto.
Al mismo tiempo, al interior de Irán, el ataque sólo atenuó por unos días el descontento popular previo y las evidentes disputas internas del régimen. El derribo criminal del avión ucraniano de pasajeros –o las duras condenas de un sector después del ocultamiento inicial de otro- no parecen estar desvinculadas de esa crisis.
¿Qué hará el pueblo iraquí, una parte del cual venía cuestionando, con manifestaciones, la influencia y presencia iraní en el país y que después del ataque (recordemos que ocurrió en su país y mató a varios iraquíes) realizó protestas que incluyeron el repudio también a la presencia norteamericana?
Ya se sabe sí que, en Irán, el derribo del avión ha realimentado las protestas y que estas cuestionan directamente al ayatollah Alí Jamenei, líder supremo.
LA DECADENCIA DE EE.UU. Y EL SALTO DE LA LUCHA DE CLASES MUNDIAL
Esos procesos de lucha se están dando en la situación de crisis del capitalismo, camino a una desaceleración y probable recesión mundial, que agudiza todas las contradicciones así como desprestigia más y más a sus gobiernos y regímenes políticos. Y en el marco de la pelea por la hegemonía mundial de EE.UU. y China, cada uno en defensa de sus propios intereses y ambiciones hegemónicas, en la que, si bien el primero sigue siendo la principal potencia económica, política y militar, y en este último aspecto la diferencia de poderío es notable, la dinámica de su hegemonía es de clara decadencia en un mundo que ya es multipolar. Y en la que a los pueblos se le plantea defenderse no solo de los ataques de EE.UU. y sus socios tradicionales sino también de los avances amenazantes que realiza China en su propio provecho.
Todo ello se refleja al interior también del gobierno y de la clase dominante norteamericana que en estos días está expresando las enormes diferencias que tienen entre ellos en relación a la agresión de Trump, donde unos alientan la idea del Irán enemigo a destruir y otros, desde el propio Pentágono, rechazan seguir ese camino alertando que eso los desvía y debilita mundialmente para enfrentar a China (y a Rusia en menor medida) como el verdadero enemigo estratégico. Y en los gobiernos e intereses tradicionalmente aliados de Europa, que no lo respaldaron en este ataque y que tampoco han acatado las sanciones económicas a Irán, teniendo en cuenta que sus multinacionales tienen importantes negocios con ese país.
El salto que ha pegado la lucha de clases en el mundo, al impulso de procesos populares autoconvocados o con elementos de ese tipo y ahora en Francia con la clase obrera a la cabeza, se encuentra con ese contexto en el camino de construir alternativas anticapitalistas.
Pero sin dejar de tener en cuenta que, como lo demuestra este hecho brutal, la mayor decadencia de EE.UU. lo vuelve, por eso, más peligroso.
¡La respuesta desde los pueblos debe ser global y contundente!
1. Especialmente desde la invasión norteamericana a Irak en el 2003 y el derrocamiento del dictador Hussein, otrora aliado de los EE. UU., que abrió las puertas a la influencia iraní en ese país apoyada en la mayoría chiita de su población y en el sentimiento antinorteamericano que se extendió como nunca entre un pueblo masacrado y un país destruido por las bombas imperialistas. De esas condiciones también surgieron las agrupaciones terroristas del ISIS, alentadas inicialmente por EE.UU. y en parte financiadas por Arabia Saudita, en su objetivo de neutralizar a Irán y que luego se les fueron de las manos, llegaron a ocupar en el 2014. una parte de Irak y luego de Siria lo que derivó en la paradoja de que, ante el peligro común, con el pueblo kurdo a la vanguardia –y sus mujeres especialmente- terminaran Irán y EE.UU., Rusia y Francia, Arabia Saudita, Siria y Turquía priorizando actuar contra el avance del feroz Estado Islámico. Allí, como decimos en la nota, el régimen islámico iraní volvió a sacar provecho. Y el pueblo kurdo fue nuevamente estafado en sus legítimas reivindicaciones de autonomía sacrificadas en el altar de los intereses más poderosos.
2. En 1979, una inmensa rebelión derrota a la feroz dictadura pro-yanqui del autoproclamado emperador, el Sha Reza Pahlevi. La llamada revolución iraní fue liderada por el ayatollah Komeini a la cabeza del clero musulmán chiita, rama minoritaria del Islam pero mayoritaria en Irán, en una alianza con la burguesía comercial y apoyado en luchas de la clase obrera, la más poderosa de la región y en un proceso entonces de autoorganización en los llamados shoras. A lo que se sumaban extendidas manifestaciones de la juventud universitaria, una numerosa milicia islámica popular, el movimiento de mujahidines, y expresiones de nacionalidades oprimidas como las guerrillas que reivindican la lucha histórica por su independencia del pueblo kurdo.
3. Decimos hasta ahora ya que nuevos acontecimientos pueden producir cambios relevantes en el valor estratégico de la región. Nos referimos, entre otros, al método de extracción de hidrocarburos no convencional (fracking) que ha llevado a que EE.UU. dispute con Arabia Saudita como principal país productor de petróleo y como tal haya dejado la dependencia histórica que tenía con Medio Oriente y con los precios y la producción de la llamada OPEP para ir transformándose en exportador. Y también a la pelea creciente de los pueblos por eliminar la energía basada en combustible fósiles y cambiarla por energías más limpias, aunque entre ellas está el litio muy contaminante. (Y a pesar de que los combustibles fósiles todavía constituyen 81% de la energía que se usa a nivel en el mundo, y los derivados del petróleo proveen 95% de la energía para el transporte). Y otros como la fabricación en desarrollo de autos eléctricos, batería de litio mediante, todo lo cual puede influir decisivamente en modificar el actual valor estratégico de la región. Aunque debe considerarse de igual modo que las potentes luchas ambientales en expansión están enfrentando justamente también al fracking por sus consecuencias profundamente contaminantes, cuestionamientos que se dan en forma creciente en el país del Norte.