COMUNICADO SOBRE LAS ELECCIONES EN BRASIL
Bolsonaro y los sectores del poder empresario, financiero y de los agronegocios, de las FF.AA. y de las reaccionarias Iglesias evangélicas, que se han nucleado en estos día detrás de su candidatura, amenazan con atacar profundamente las libertades democráticas, los derechos laborales, las organizaciones sindicales, los movimientos sociales y con una violencia aberrante al formidable proceso de movilización de las mujeres y de la diversidad sexual.
Esta amenaza solo se puede parar con un enorme y masivo proceso de movilización de los trabajadores y las trabajadoras y del pueblo, gremial, político, democrático, del que las mujeres, también en Brasil, están mostrando el camino. No es el camino que intenta Haddad, preocupado por juntar candidatos y candidatas derrotados en la primera vuelta. Sigue con el camino que justamente derivó en este crecimiento de Bolsonaro.
Frente a la destitución de Roussef, se respondió con acciones judiciales; frente a la detención y proscripción de Lula, más acciones judiciales; frente al triunfo en la primera vuelta y al crecimiento de un candidato y un bloque que anticipa métodos fascistas y que ya cuenta con apoyos nada menos que de Trump y de otros sectores reaccionarios del mundo, contesta con desafíos de debate por TV y solo buscando votos. Olvida que el PT fue desilusionando progresivamente al pueblo trabajador después de los fuertes ajustes antiobreros del segundo gobierno de Roussef tratando de atender exigencias del poder empresarial y que tuvieron el apoyo de Lula, a lo que se sumó la extendida corrupción de todo el régimen político y también del PT y la falta de respuesta a los ataques antidemocráticos de Temer, a los asesinatos de Marielle Franco, no darle continuidad a los dos paros generales contra la reforma laboral y no responder al crecimiento de Bolsonaro montado en ese desprestigio de las instituciones pero también en la proscripción del propio Lula, a quien se preparaba a votar un sector importante del movimiento obrero y del pueblo.
Hay que parar a Bolsonaro empujando la movilización antes de la segunda vuelta y si no se logra derrotarlo será la base para seguir ese proceso de lucha y movilización para derrotarlo después. No hay otra forma para aplastar esta reaccionaria y brutal amenaza. Las mujeres, el “ELE NÃO”, marcan el camino a todo el pueblo. Si se sigue ese ejemplo, antes o después de la segunda vuelta, derrotar a Bolsonaro es posible. Antes o después es imprescindible hacerlo.