“NADA QUE FESTEJAR, TODA LA PLATA QUE SE DESTINA A PAGAR A LOS BONISTAS ES PLATA QUE SE LE SACA A LOS JUBILADOS Y TRABAJADORES”
- (Extracto de entrevista periodística a Luis Zamora)
Denunciamos el acuerdo que ha firmado el gobierno de Alberto Fernández y Cristina Fernández de Kirchner con los bonistas y tenedores de bonos de la deuda argentina. Nos parece que esa reestructuración es un profundo perjuicio, en la línea o más grave aún, de lo que han hecho otros gobiernos anteriores en situaciones similares.
Se trata de una deuda que no es del pueblo argentino, es una deuda que gobernantes del país han realizado con acreedores extranjeros o locales para beneficio de empresas, de bancos, especuladores. El pueblo argentino no ha visto un sólo dólar, no es que se hicieron hospitales, caminos, escuelas con eso, por lo cual no es una deuda del pueblo argentino. El enorme deterioro y la desfinanciación en la estructura sanitaria pública que desnudó la pandemia confirman por si hiciera falta que esa deuda fabulosa no se usó en beneficio del pueblo ni del país. Al contrario se ha usado para remesar utilidades, pagar intereses de deuda o directamente para fugar dólares, por parte de empresarios, especuladores, bancos, etc.
Toda esa deuda que entra se ha ido después del país, una parte importante por fuga de capitales. La deuda externa que se le reclama a Argentina se corresponde más o menos con una cifra similar que se denuncia como depositada en el exterior por fuga de capitales. Es decir, hay aproximadamente 350 mil millones de dólares fugados en los últimos cuarenta años, que se corresponde más o menos con el monto total de la deuda externa argentina.
Como dije al principio, el acuerdo en si es más perjudicial que los que han hecho otros gobiernos anteriormente. Por el contexto mundial y nacional era una gran oportunidad para que el pueblo argentino expresara su desconocimiento de esa deuda y se negara a priorizar su pago, aceptara cualquier reestructuración o acuerdo que implicara reconocerla. Justamente por el contexto mundial, la situación de crisis en la que se encuentra el capitalismo global, especialmente desde el 2008 y agravada por la pandemia, con la mayoría de los países endeudados y retrocediendo en sus condiciones de vida daba la posibilidad para que el pueblo argentino explicara porque no iba a priorizar un solo dólar para pagar esa deuda, cuando tiene un 50% de pobreza y está jugándose día a día la salud y la vida si se llega a saturar el sistema de salud vaciado por los gobernantes de las últimas décadas. Cuando hay una creciente desocupación, un deterioro del salario, retroceso en educación, salud, que se suman a la dramática situación socioeconómica del país que dejó el gobierno de Macri, después de sus cuatro años. Incluso, que en ese marco, buscara aliados en otros pueblos para acciones conjuntas de rechazo.
Por el contexto mundial y nacional era una gran oportunidad para que el pueblo argentino expresara su desconocimiento de esa deuda y se negara a priorizar su pago, aceptara cualquier reestructuración o acuerdo que implicara reconocerla.
Por lo cual había toda una serie de elementos para decir que Argentina suma a la ilegitimidad de esa deuda, que ha beneficiado a pocos, que se ha pagado cuatro o cinco veces, que sin embargo se deben cuatro o cinco veces más que el endeudamiento original, por la tasa de interés de usura, por los mecanismos utilizados para contraerla, porque el FMI y los acreedores no pueden decir que desconocían esto, no pueden decir que no saben que no benefició al pueblo. Por todos esos elementos era una gran oportunidad para plantarse y explicarle a los pueblos del mundo que el pueblo argentino desconoce esta deuda, que no lo benefició con escuelas, rutas, ciencia y tecnología, nada. Por eso es una gran oportunidad desaprovechada por este gobierno.
Además su ilegitimidad pegó un salto con el gobierno de Macri porque los mecanismos fueron muy espurios, con ejemplos públicos y notorios como los de funcionarios como Caputo, que utilizó su cargo para beneficiar por ej. al JP Morgan, banco para el cual había trabajado en los tiempos previos a ser funcionario, y que lo benefició claramente está demostrado. Este es un solo un ejemplo de los tantos que revelan los mecanismos completamente inmorales e ilegales usados por el macrismo para endeudar al país. Lo denunció varias veces hasta el propio Fernández en la campaña electoral.
Su ilegitimidad pegó un salto con el gobierno de Macri porque los mecanismos fueron muy espurios, con ejemplos públicos y notorios como los de funcionarios como Caputo,
Por otra parte, con el acuerdo con el FMI también es fácil demostrar además que el pueblo argentino se opuso. Hay muchas encuestas que determinaban que alrededor del 70% del pueblo se oponía. Es decir, podemos decir que la gran mayoría se opuso, por lo tanto ahora no nos pueden reclamar que la paguemos.Como lo dice hasta el propio ministro Guzmán ahora, cada dólar que se utiliza para pagar la deuda, es un dólar que se saca para pagarle a los jubilados o mejorar nuestros salarios, o mejorar la estructura de la salud pública o la educación, es decir cada beneficio que se le da a los tenedores de bonos en esta reestructuración es un perjuicio al pueblo argentino.
Con el acuerdo con el FMI también es fácil demostrar además que el pueblo argentino se opuso. Hay muchas encuestas que determinaban que alrededor del 70% del pueblo se oponía (..,) por lo tanto ahora no nos pueden reclamar que la paguemos.
El acuerdo además se hizo sobre la base de reconocer un bono que en diciembre de 2019, al final del gobierno de Macri, por las condiciones en que dejaba el país, valían mucho menos de su valor nominal. Los bonos de 100 dólares se pagaban a menos de 30, es decir si el titular de un bono lo quería vender en todos estos meses lo tenía que vender a 28 o 30 dólares por cada 100, se llaman bonos “basura” por el riesgo de no pago del país que lo emitió, en el caso Argentina. Es decir que también un tenedor de bonos pudo haberlo comprado en diciembre o enero a ese precio. Cuando el Gobierno de Fernández le ofreció de entrada 35 dólares, que fue la primer propuesta, ya le estaba ofreciendo una importante ganancia a los bonistas especuladores por esos bonos “basura”. Encima Fernández y Guzmán dijeron que esa era la última propuesta. Pero como lo sabían desde Wall Street, no lo fue. Luego de 35 pasó a cuarenta y cinco y terminó acordando pagar casi 55 dólares por cada 100, es decir un especulador que compró a 30, sentado en una silla se ganó una fortuna, que sale del bolsillo de lxs estudiantes, lxs trabajadorxs, lxs jubiladxs, sale de la educación pública, del Conicet, es decir se le resta al proyecto de país que necesita el pueblo.
Desde AyL nuestra propuesta siempre fue proponer que el pueblo argentino desconociera esta deuda, que se reuniera toda la información con todos los datos que existen, recordemos que hay una sentencia de la Justicia Federal, del juez Ballestero en la causa llamada “Olmos” que describe la ilegitimidad de la que hablamos.
Es decir, que no sería una bravuconada del pueblo, sino una actitud seria y fundada en que nadie puede ser obligado a reconocer una deuda que no es propia y que las partes, gobernantes, bonistas y el FMI que acordaron una deuda que sabían que no beneficiaba al pueblo ni al país deben hacerse cargo. Entre ellos deben pasarse la factura sobre lo que firmaron. No es del pueblo.