ENFERMERÍA: SI SOMOS ESENCIALES QUE NOS RECONOZCAN COMO PROFESIONALES
El desafío es que los y las enfermeras vuelvan a reunirse en cada hospital
Hace dos años las enormes y potentes marchas de una enfermería que se auto-convocaba le dieron visibilidad y fuerza a un reclamo que venía hace tiempo. Desde abajo, sin ningún tipo de dirección, una gran cantidad de enfermeras y enfermeros quebraban la contención de Sutecba, aliado de las políticas de ajuste y precarización del Gobierno de la Ciudad, y salieron a las calles en forma auto-convocada con marchas y abrazos a los hospitales para pelear por la incorporación a la Ley 6035 y que las carreras de Enfermería, Bioimágenes e Instrumentación Quirúrgica sean reconocidas como Profesionales de la Salud.
Sabían que no contaban tampoco con UPCN por sus vínculos con todos los gobiernos. La movilización no esperó ni dependió de las demás organizaciones existentes llámese ATE, o las minoritarias ALE o SITRE. Nadie cumplió un rol central, lo cumplieron todas y todos los luchadorxs, todxs lxs que participaron. Surgió desde abajo y se decidió desde abajo.
En alguna medida una experiencia similar a lo que hicieron luego lxs residentes y concurrentes que a fines del 2019, no solo se movilizaron también en forma auto-convocada sino que pararon en todos los hospitales, lograron quebrar la ofensiva del Gobierno de la Ciudad y derogar el proyecto de ley que lxs precarizaba aún más. Y se empezaron a auto-organizar. La lucha de enfermería no llegó hasta allí. Pero sí fue un paso extraordinario y una posibilidad que aliente a construir algo muy diferente: que la enfermería en cada hospital discuta, vote y decida en verdaderas asambleas las resoluciones fundamentales y los caminos a seguir para derrotar a Larreta. Dar pasos en un proceso que no dependa de dirigentes ni de organizaciones que dirijan. Que las y los que dirijan y decidan, sean las enfermeras y los enfermeros desde las propias asambleas a construir en cada hospital.
Esa era la única fuerza que podía derrotar la dureza del Gobierno y los ataques de Sutecba. Pero, las peleas por dirigir y las divisiones internas en la Enfermería estimuladas por gremios alternativos o incluso organizaciones políticas, buscando crecer y disputar con los demás con el objetivo de transformarse en la dirección del sector obstaculizó ese proceso. Hubo luchadoras y luchadores que trataron de escapar a esa lógica pero terminaron construyendo otro espacio que se postulaba para conducir con lo que la división se acentuó, hubo desaliento y se fue restando fuerzas a una gran pelea.
A lo que habría que agregar, desde ya, el cansancio y desgaste multiplicado por la pandemia y las interminables jornadas laborales. Hoy, prácticamente la mayoría de los y las enfermeras no participan. Y sin esa participación Larreta y los burócratas sindicales ganan.
Revertir esto es, a nuestro criterio, el gran objetivo por delante y el desafío que les proponemos encarar a toda luchadora y luchador de enfermería. Y hay oportunidades para que esas luchadoras y luchadores empiecen a agruparse con ese objetivo y las aprovechen.
Unos días atrás el Gobierno de la Ciudad propuso una reunión con algunos “representantes” de enfermería, entre ellos la conducción de ALE. Quienes se enteraron de esa reunión, seguramente la vieron con buenos ojos y relativa expectativa. El gran problema es que la mayoría de la enfermería la desconocía por completo. Hubo fuertes discusiones y choques por ver quiénes ingresaban, finalmente la reunión se concretó sin mayores resultados ni respuestas (Larreta y Quirós insisten en el no ingreso a la Ley 6035).
En vista de lo sucedido ¿sirvió una reunión de pocos solo para escuchar la negativa de siempre:? Nos parece que lo importante no era quiénes entraban sino que la inmensa mayoría de la enfermería permanece ajena a esas actividades ¿No hubiese sido mejor aprovechar la propuesta de reunión, para hacer una gran campaña de difusión en cada hospital donde se discuta no solo quiénes serán parte de la misma sino también para qué? ¿Intentar hacer asambleas para que sea el conjunto de la enfermería -o la mayor cantidad posible- quienes designen delegadxs que vayan a esa reunión con un mandato y que a su vez no acuerden ni decidan nada sino que vuelvan a los hospitales para que el conjunto decida democráticamente desde abajo los pasos a seguir según sea la respuesta del Gobierno?
Si esto no se puede porque la mayoría no participa, sea por miedo o cansancio o por el motivo que fuere ¿no es igual una buena oportunidad para hacer reuniones, quizás fuera del hospital, con algunxs que tal vez se encuentren alentadxs por una reunión con el gobierno, para escucharlxs, para que opinen, propongan y de alguna forma lograr que se involucren o pierdan el temor?
Tal vez sean tiempos para “parar la pelota” y pensar cómo acercarse y acercar al conjunto de la enfermería y sus ideas y preocupaciones. Sabiendo que existe muchísimo malestar y bronca acumulada luego de un año durísimo de estar en la primera línea de batalla contra el Covid, arriesgando su propia vida y la de sus familias por las condiciones de insalubridad y sin disponer de materiales adecuados para la tarea, soportando además una paritaria miserable, salarios adeudados y la negativa por parte de las direcciones de los hospitales a otorgar licencias. Todo luchador o luchadora puede ayudar con su compromiso o experiencia a que todo ese malestar se transforme en lucha del conjunto, y esa lucha permita construir espacios asamblearios para que la mayoría decida en cada hospital. Es el camino posible para derrotar la política de hambre y precarización del Gobierno de la Ciudad.
Creemos que la mejor acción es la que hace la mayoría, por más “pequeña” que parezca. Diferente a realizar una acción quizás con alguna resonancia pero hecha por pocxs. Hoy la mayoría no acompaña pero se puede aprovechar toda oportunidad para reunirse con una, dos tres compañeras/os para escuchar qué se está dispuesta a hacer, qué actividades surgen o harían. Alejarse de la unidad solo “por arriba”, entre organizaciones que disputan dirigir, y por lo tanto dividen y alejan. Y priorizar el agruparse, juntarse con quien vea el camino de la mayoría decidiendo, sin dirigentes y ayude a construirlo en cada uno de los hospitales. Toda reunión con ese objetivo es un gran paso.
Desde AyL estamos a disposición para aportar y colaborar en ese camino, el más potente para derrotar a Larreta y a todos los que impiden el reconocimiento como profesionales de la salud, las urgentes mejoras salariales y en las condiciones de trabajo