ENTRE EL REBROTE DE COVID Y LA NECESIDAD DE MAS AJUSTE

El rebrote encuentra a lxs trabajadorxs de la salud sobre exigidos y con pésimas condiciones laborales
A diez meses de la propagación del Covid 19 ya son 92 millones los contagios registrados y casi 2 millones que fallecieron en todo el mundo. En estos meses muchos países, especialmente Europa, están atravesando la segunda ola de contagios que parece ser más agresiva aún que la primera y con Gobiernos que siguen sin poder controlar la situación.
Mientras decenas de miles de personas mueren cada día, vemos no solo una carrera desenfrenada por parte de los grandes laboratorios detrás del negocio de las vacunas, sino además la desigualdad en el reparto de las mismas: 10 de los países más ricos acaparan el 95% de la producción existente. Una muestra del mundo en el que vivimos que somete la vida y la salud de los pueblos al lucro capitalista, ese mismo lucro que destruyendo ecosistemas promueve pandemias que luego sufrimos todos los habitantes del planeta, especialmente lo de los países más pobres.
Mientras decenas de miles de personas mueren cada día, vemos no solo una carrera desenfrenada por parte de los grandes laboratorios detrás del negocio de las vacunas, sino además la desigualdad en el reparto de las mismas: 10 de los países más ricos acaparan el 95% de la producción existente.
La Argentina, por su parte, alcanzó la cifra de 45.000 personas fallecidas y cerca de dos millones de contagiados. Algunos, como el mismo gobernador Kicillof, se ha referido a este momento como una “segunda ola” pero la realidad es que al haberse mantenido un número tan alto de contagios durante toda la pandemia resulta difícil distinguirla respecto de la “primera”. Lo que sí está claro es el aumento en el registro de casos detectados: alrededor de 13.0000 contagiados y de 200 fallecidos por día.
La situación hoy es quizás más compleja que al inicio de la pandemia. Con el aumento de contagios, todo el personal de salud está desgastado para afrontar un nuevo rebrote y la situación socioeconómica es todavía más dramática que al inicio. La posibilidad de una “cuarentena estricta” es imposible a menos que el Gobierno garantice un ingreso mínimo que no hará, de hecho la eliminación del IFE y el nuevo calculo de movilidad jubilatoria va en el sentido opuesto al de “meter plata en el bolsillo de la gente”, como decía Alberto Fernandez en campaña.
Ante este escenario, el Gobierno Nacional y todos los gobiernos provinciales salen con un discurso de responsabilizar al pueblo, sobre todo a la juventud, ocultando que nada hicieron por priorizar realmente la salud.
Contrario a cualquier relato oficial, la Argentina estuvo entre los países que menos dinero gastaron para afrontar los efectos de la pandemia y uno de los que más se vieron golpeados en la región. ¿El motivo? El futuro acuerdo con el FMI que le exige “ordenar las cuentas públicas”, es decir, ajuste. Por eso el nuevo presupuesto votado para este año tendrá un recorte en el área de Salud. Se aprobó el impuesto extraordinario a las grandes fortunas, pero sólo una mínima porción se destinará al sistema de salud y en su mayoría estará dirigido a subsidiar al capital. Mientras los bancos ganaron durante el 2020 unos 700.000 millones de pesos, la dirigencia política votó un presupuesto que destinará a Salud la mitad de esa suma.
la Argentina estuvo entre los países que menos dinero gastaron para afrontar los efectos de la pandemia y uno de los que más se vieron golpeados en la región. ¿El motivo? El futuro acuerdo con el FMI que le exige “ordenar las cuentas públicas”, es decir, ajuste.
El Gobierno responsabiliza al pueblo, y a los jóvenes en particular, pero ese pueblo ha visto cómo durante todos estos meses no hubo ningún cambio de fondo que ponga la salud realmente como prioridad: no aumentaron los necesarios testeos; no se garantizó protocolos en los lugares de trabajo; el personal de salud, que en la Ciudad de Bs. As. continúa sin ser reconocido como profesional, sigue cobrando salarios de pobreza, trabajando en pésimas condiciones, e incluso algunxs fueron despedidxs debido al cierre de Hospitales Modulares en la Provincia de Buenos Aires; tampoco el Gobierno ha avanzado siquiera mínimamente en una centralización del sistema de salud, al contrario, una parte importante sigue en manos privadas imponiendo su lógica mercantil.
Así se ha llegado a los 45.000 fallecidos y más de 13.000 contagios diarios, a lo que hay que sumarle el drama de ciento de miles de familias que quedaron en la calle y un brutal recorte en los ingresos de los y las trabajadoras por las miserables paritarias firmadas por la CGT y avaladas por el Gobierno.
Durante todo este tiempo ni se priorizó la salud ni la economía. Pero para el Gobierno parecería que el problema del rebrote es la juventud. La misma juventud con la que no se tuvo otra política que mantenerlos encerrados en sus casas durante meses -aquellos que tenían condiciones para hacerlo- mientras una parte importante se tuvo que exponer a los contagios durante todos estos meses en trabajos de reparto y deliverys bajo condiciones de precarización.
Mientras se limpia de responsabilidades, el Gobierno se juega todo a las vacunas. ¿Y luego qué le espera al pueblo trabajador? ¿Cómo va a salir a flote con una economía devastada? ¿De la mano del FMI?
El único camino es y será construir fuerzas desde abajo y apelar a la movilización y la lucha auto-convocada como lo hizo el pueblo chileno para que no nos impongan ningún acuerdo que lleve a más ajuste, menos salud…y nuevas pandemias.