¡EL ESTADO PATRIARCAL ES RESPONSABLE!
- Por Marta Martínez.
Todos los días nos levantamos con un sabor amargo, ese que dice que aunque no lo veamos en los medios, alguna mujer está sufriendo algún tipo de violencia. Hasta que vemos una imagen, esta vez la de Úrsula y nos llenamos de bronca, de indignación y de repudio.
Esa misma bronca que expresó la pueblada de Rojas y que la policía reprimió. Esa misma indignación que tenemos con cada femicidio y más aun cuando la víctima había denunciado nada menos que 18 veces a la misma persona que ya tenía causas por violencia y abuso. Muchas personas han apuntado a la institución policial y no sorprende dado que es una de las instituciones más violentas, forma a las personas para reprimir a otras y forma hombres que reafirman su superioridad cultural machista.
También indigna que esas mismas instituciones intenten enmascarar una violencia que es intrínseca a la cultura patriarcal y creen comisarías de mujeres, es decir, a sabiendas que una comisaría “de hombres” no tomaría con la seriedad correspondiente los casos de violencia. Pero no solamente eso sino que esa comisaría de mujeres que se supone que iba a tomar en cuenta la gravedad de la violencia y sus posibles consecuencias, no lo hace porque es fin de semana.
Es decir que no importa si son hombres o mujeres, hay una cultura patriarcal que comparte toda la policía, y eso es lo que hace que no se preste atención a mujer que quiere denunciar o que las denuncias por violencia no sean tomadas con la seriedad y urgencia que corresponden.
Por otro lado otra institución, la judicial, se toma todo el tiempo que a la justicia le sobra y a las víctimas les falta para ordenar un botón antipánico, al que habría que agregarle la lista de espera que hay en la zona para adquirir uno aunque el juez lo haya otorgado.
Hay un Estado que genera y reproduce violencia patriarcal en todas sus instituciones, los mecanismos que el propio Estado pone a disposición de las mujeres para “protegerlas” se desvanece continuamente ante lo que nos muestra la realidad
Y nos llenamos de repudio también contra los gobiernos que ante situaciones como esta salen a decir que hay que ir hasta las últimas consecuencias y todo queda allí en el discurso porque sus acciones muestran que hay un respaldo a la cultura patriarcal y a la institución policial. Basta ver al Gobernador de la Pcia. de Buenos Aires Axel Kicillof y al Ministro de Seguridad Sergio Berni en un acto entregando patrulleros, reivindicando a la fuerza policial y sin decir una sola palabra del femicidio de Úrsula, al otro día de su fallecimiento. Sí tuvo tiempo de hablar Berni cuando por diversos canales de televisión dijo que “no hay que preguntarse si era policía”, refiriéndose al femicida de Úrsula que la mató con más de 10 puñaladas haciéndola sufrir de dolor antes de quitarle definitivamente la vida.
Hay un Estado que genera y reproduce violencia patriarcal en todas sus instituciones, los mecanismos que el propio Estado pone a disposición de las mujeres para “protegerlas” se desvanece continuamente ante lo que nos muestra la realidad: son medidas que, además de insuficientes, están tomadas por un Estado al que se le arranca una medida tras otra teniendo que doblegar su resistencia, son medidas aplicadas por hombres y mujeres -policías, jueces, funcionarios, fiscales, jefes- formados a fondo en la cultura patriarcal. Siempre, en esa cultura patriarcal existe una subestimación del drama de la violencia de género y de la seriedad de las mujeres que la denuncian así como de quienes buscan de mil maneras salir de esa violencia y no encuentra ninguna salida porque las instituciones le dan la espalda.
Según el informe de una organización feminista durante el mes de enero el 19% de los femicidios que se produjeron tenían denuncias realizadas por las víctimas, y así como en 2020 ya tenemos más femicidios que días del año transcurridos.
No es una institución, es toda la cultura patriarcal que el Estado reproduce, y es por eso que hay que terminar con este sistema patriarcal capitalista de raíz.
Por Úrsula y por todas, la lucha sigue!