REPUDIEMOS EL BOMBARDEO DEL ESTADO DE ISRAEL EN GAZA
El Estado de Israel está escribiendo en estos momentos un nuevo capítulo de su proyecto genocida contra el pueblo palestino. Las bombas que hoy lanza contra escuelas, hospitales y casas de familia no son en “respuesta” al inhumano y cruel ataque de Hamás contra civiles israelíes, sino que forma parte del brutal y sistemático plan de limpieza étnica contra todo el pueblo palestino que viene llevando adelante en los últimos 75 años tanto en Gaza como en Cisjordania. Una histórica masacre que hasta hoy cuenta con la complicidad de los países imperialistas, con EE.UU. a la cabeza, y la gran mayoría de los países en el mundo. Rechazamos los actos aberrantes de Hamás de estos días pero el mundo sabe que Israel viene realizando estas masacres desde hace décadas cuando Hamás ni siquiera existía.
Solo una complicidad internacional semejante y el poderoso lobby del sionismo, que controla a los grandes medios de comunicación global, pueden acallar las voces de millones de gazatíes que desde hace tiempo viven hacinadxs y en la más extrema pobreza, en lo que se conoce como “la mayor prisión a cielo abierto”: una región bloqueada por el Estado racista y teocrático de Israel que decide quién sale y quién no, y cuántas horas de luz y agua por día se les proporciona. De hecho, luego del atentado de Hamás, el ministro de energía israelí, Israel Katz, amenazó con cerrar aún más el bloqueo al decir que “no se encenderá ningún interruptor eléctrico, no se abrirá ningún grifo de agua y no entrará ningún camión de combustible hasta que los secuestrados israelíes regresen a casa”. Los reportes que llegan hablan de miles de muertes por los bombardeos, de las cuales la mitad aproximadamente son niños y niñas, de hospitales colapsados, de viviendas destruidas y, por el bloqueo, de falta de comida, agua, electricidad y combustible que el pueblo está sufriendo. El asesino Netanyahu hoy tiene las manos desatadas. Luz verde para matar con una impunidad mayor a aquella con la cual ya lo venía haciendo.
Todo esto muestra la inviabilidad de la política imperialista de los “dos Estados”. No solo porque legitima un Estado usurpador (instalado desde 1948 promovido por las potencias imperialistas -especialmente la británica- y el aval de EE.UU. y Stalin en la ONU) sino porque, como lo han demostrado los resultados de los diferentes “acuerdos”, lo único “viable” es que las y los palestinos acepten tener enfrente un Estado que, sin reconocer sus propias fronteras, siga su política expansiva usurpando más y más tierras de la mano de sus “colonos”.
Solo la enorme y heroica resistencia del pueblo palestino ha impedido que la política racista del Estado de Israel haya concluido en una limpieza étnica total. Por eso es indispensable que rodeemos de solidaridad su lucha y los pueblos de todo el mundo repudiemos los bombardeos lanzados por el Estado de Israel. Y que levantemos como bandera la lucha por una “Palestina laica, libre y democrática”, la misma bandera que levantó históricamente el pueblo palestino. Luchar por una Palestina laica, democrática, neutra y respetuosa en materia religiosa, cultural y respecto de las diversas etnias, sigue siendo la única salida viable planteada. Una salida que incluya el retorno de lxs refugiadxs palestinxs y permita reconstruir su Estado como democráticamente decida hacerlo todo el pueblo. A partir de allí tendrá planteado, como el pueblo trabajador en todo el mundo, el desafío de la emancipación socialista como alternativa a la destrucción, el saqueo y la explotación que promueve el capitalismo en todo el mundo.
Compañerxs, hago llegar mí adhesión al documento .