Este jueves marchamos a Plaza de Mayo. Motivos sobran. La situación económica es insostenible para la gran mayoría del pueblo que ve cómo sus salarios e ingresos se pulverizan mes a mes. Y el Gobierno Nacional, con Massa a la cabeza, sigue profundizando el ajuste acordado con el FMI y agravando todos los problemas sociales. Tenemos que dar una respuesta contundente desde abajo para frenar este ataque sistemático contra el pueblo laburante y esta movilización es una oportunidad para hacer oír nuestra voz.

Pero esta convocatoria tiene que servirnos además para juntar fuerzas para lo que viene. A nadie se nos escapa que la dirigencia política se prepara para profundizar más ataques a nuestras condiciones de vida, incluso con discursos profundamente reaccionarios y violentos como los de Milei, un personaje menor pero peligroso, que se ha montado en el desprestigio de la dirigencia política y que hoy cuenta con altas chances de ganar las elecciones. A esa salida tan antidemocrática se la combate hoy peleando por nuestras condiciones de vida. Una pelea que no se puede limitar solo a una o varias marchas, porque con la movilización no alcanza si esta no se pone al servicio de la principal tarea que tenemos por delante: la de auto-organizarnos en cada lugar de trabajo. Dada la enorme defección de la CGT y de todas las conducciones gremiales, que lejos de ponerse a la cabeza de la lucha por el salario comparte actos electorales con el ajustador de Massa, es tarea del conjunto de las y los trabajadores articular por abajo para preparar las medidas de fuerza que necesitamos. No podemos seguir esperando convocatorias por arriba que sabemos no van a venir y que si vienen, como hace siempre la dirigencia gremial, será solo para descomprimir. Auto-organizarnos y auto-dirigirnos es la principal tarea, no solo para enfrentar hoy el ajuste de Massa y mañana los futuros “Milei”, sino para empezar a construir una alternativa desde abajo. Generar experiencias de solidaridad de clase en tiempos donde la explotación y degradación capitalistas empujan a un importante sector de trabajadores a buscar salidas individuales. Y no hay mayor solidaridad de clase que peleando y decidiendo todo colectivamente sin dirigentes.

Seamos miles el jueves en Plaza de Mayo para repudiar el ajuste y defender nuestros ingresos, pero fundamentalmente que nos sirva la convocatoria para interpelar a cada compañera y compañero de trabajo, juntarnos en cada escuela, en cada hospital, en cada fábrica a discutir cómo hacemos para dar pasos en una organización desde abajo que luche y decida todo horizontalmente como forma de dar respuesta al obstáculo que representan las direcciones políticas y gremiales. La crisis y descomposición de “los de arriba” abre un terreno que está en disputa. Frente a salidas profundamente violentas y reaccionarias que están planteadas, desde abajo podemos construir una alternativa si como trabajadoras y trabajadores empezamos a auto-dirigirnos para que nadie decida por nosotrxs.