Casi dos meses de movidas barriales autoconvocadas, de la cultura y la ciencia, con un paro obrero el pasado 24 de enero y marchas masivas en todo el país, pese a que la CGT hizo todo lo posible por contener lo que podría haber sido una medida de fuerza muchísimo más grande, sumado al enfrentamiento a la represión en las calles, ayudaron a empantanar la rosca oculta de Milei con diputados y gobernadores en hoteles y departamentos.

Las disputas de la dirigencia política no pueden ocultarle al pueblo sus coincidencias más generales en la defensa de los negocios empresarios, mientras se avanza en ataques a los salarios e ingresos populares en lo que ya es uno de los ajustes más brutales de los últimos tiempos. Es lo que reclama el FMI. Pero una movida popular, todavía en sus comienzos pero firme y creciendo, ayudó a desprestigiarlos al expresar en las calles un rechazo que empieza a extenderse y que es mucho más que un repudio al gobierno ajustador y represivo de Milei, plantea un rechazo a todo un paquete de medidas antiobreras y de ataque a las condiciones de vida de todo el pueblo.

Sin embargo, para derrotar la política del gobierno, de los grupos empresarios y del FMI, y abrir un camino para construir un proyecto de país con la clase obrera a la cabeza y las necesidades del pueblo trabajador en el centro y no el lucro y el saqueo patronal, es necesario dar pasos más desafiantes y profundos. La fuerza que empieza a tener la movilización y la lucha en las calles tiene que servirnos para llevar esa potencia a los lugares de trabajo. La CGT y todas las conducciones sindicales le están dando el tiempo necesario al Gobierno para que siga transando y ajustando los ingresos del pueblo. Lo que buscan es negociar y transar también ellos. Desde abajo tenemos que tomar en nuestras manos esta lucha sin depender de convocatorias por arriba. La salida hay que construirla con más autoorganización sin dirigentes, con dirigidos, en los lugares de trabajo y en los barrios. Luchando por formar ámbitos de la clase trabajadora donde decidamos desde abajo todas las medidas de fuerzas que necesitamos para derrotar el ajuste y saqueo del Gobierno, del FMI y del conjunto de la dirigencia política y el poder empresario.