ELECCIONES DEL 22: NO HAY FORMA DE QUE EL PUEBLO GANE

Las elecciones del próximo 22 de Octubre seguramente reflejarán lo que a todas luces se expuso en estos largos meses de campaña: que la población deposita cada vez menos expectativas en la dirigencia política. Quien triunfe en estas elecciones, sea en primera vuelta o luego en el balotaje, sabrá que la mayoría votó por otras opciones o no vota a ninguna porque rechaza a todas. Con ese descrédito tendrá que gobernar. Luego de 40 años de una democracia donde supuestamente se “comía”, se “curaba” y se “educaba”, la palabra “representación” suena cada vez más a hueco.

No es casual. La crisis socioeconómica es brutal. El salario se licúa mes a mes. La pobreza, que hace tiempo es estructural, llegó a la obscenidad del 40%. Las condiciones de vida para el pueblo laburante se deterioran año a año. Frente a una realidad dolorosa para millones de familias trabajadoras, familias que ven cada vez menos perspectivas de cambio, el FMI pide más ajuste y el Massa Ministro de Economía cumple, mientras que el Massa candidato promete seguir haciéndolo, y Milei y Bullrich garantizan hacerlo más rápido y profundo, con “orden” y represión. La dirigencia política nos ha llevado al borde del abismo. Ha habido luchas pero que han tenido que enfrentar no solo al gobierno y a las empresas sino también la traición de la burocracia sindical.

Milei es emergente de todo eso. El grito de ir contra la “casta” ha empalmado con un sentimiento generalizado de rechazo a la dirigencia tradicional. Pero detrás de ese grito se proyecta un plan profundamente reaccionario y antiobrero. Violento por su forma y contenido. Con una candidata a la vicepresidencia negacionista. Una alarmante novedad para un país y un pueblo que parió una de las luchas más extraordinarias de nuestra historia como lo es la lucha contra la impunidad del genocidio.

Frente a esta variante profundamente reaccionaria, las opciones electorales “presidenciables” que se le presentan al pueblo son las mismas fuerzas políticas que gobernaron los últimos 40 años. El PJ, el radicalismo y el PRO han sido los responsables del formidable robo al salario de los últimos tiempos. De mantener una estructura económica súper concentrada y extranjerizada al servicio del gran empresariado. De haber garantizado ganancias millonarias para los bancos, las patronales agrarias, las empresas de servicios y las grandes cadenas de supermercado que lucran con el hambre del pueblo. Son los que trajeron al FMI, y los que una vez dentro legitimaron sus acuerdos ruinosos para el pueblo laburante. Son los que durante años promovieron el extractivismo y el saqueo, y quienes reventaron nuestra tierra y contaminaron nuestros ríos, y encima los que te reprimen si protestás, como lo hizo Morales en Jujuy. Nada bueno vendrá de esa dirigencia.

¿Qué alternativas hay para el pueblo laburante este 22 de octubre?

Rechazarlos. Expresar nuestra rabia y nuestra bronca hacia la dirigencia política y a una “democracia representativa” que solo representa los intereses de los poderosos. Los principales candidatos, con sus diferencias, son expresión de un modelo global que está llevando al abismo a los pueblos del mundo. Explotando y hambreando a la enorme mayoría. Masacrando con sus guerras como el exterminio actual del Estado de Israel en Gaza o la guerra en Ucrania. Destruyendo el planeta, contaminando y lucrando a costa de nuestros bienes comunes.

Son tiempos para pelear por cambios de fondo. No para “elegir el mal menor”. No darles legitimidad a quienes después nos van a hundir. Tenemos que empezar a construir una gran fuerza desde abajo para enfrentar lo que viene. Porque gane quien gane, lo que viene es más y más ajuste de la mano del FMI. A la cabeza de esa lucha tienen que estar las y los trabajadores, auto-organizándose sin dirigentes. Hemos visto durante todo este tiempo la complicidad de la CGT y de las principales direcciones sindicales dejando pasar el sistemático ajuste y los ataques a las condiciones de vida al pueblo laburante. Es tiempo de que nos empecemos a autodirigir y construir algo radicalmente diferente desde abajo.

Por eso te proponemos rechazar a todos con el VOTO EN BLANCO para debilitar a los de arriba. No necesitamos dirigentes, ni políticos ni gremiales (¡no hay fuerzas políticas que hoy te hayan planteado en la campaña que lo fundamental no es votar sino luchar, autoorganizarse y autodirigirse para poder votarla, además de luchar por hacerlo!). Necesitamos organizarnos desde abajo en los lugares de trabajo para enfrentar lo que viene y desde allí con movilización en las calles, como lo ha hecho la docencia autoconvocada en diferentes provincias, como la ha hecho el pueblo jujeño, y como nos lo ha mostrado la enorme rebelión feminista autoconvocada que logró la IVE. Pero también y fundamentalmente necesitamos organizarnos en cada lugar de trabajo para luchar y empezar a construir experiencias de decisión horizontal. Que no decidan más por nosotrxs las conducciones sindicales. Auto-dirigirnos. Y desde allí desarrollar nuevas prácticas políticas y contraculturales que se transformen en embriones de una sociedad y una democracia diferente del pueblo trabajador. Sin partidos que nos gobiernen ni dirijan. Una democracia donde decida todo el pueblo laburante y en función de sus propias necesidades y no del lucro empresario. Solo así construiremos una alternativa socialista frente a un capitalismo que aquí y en el mundo lo está destruyendo todo.

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2 Respuestas

  1. Pedro dice:

    Comprendo todo, pero con los pies sobre la tierra y como están dadas las cosas, si un sector confiase en el FIT seria un oasis en el desierto. A. Partir de ello la discusión sobre hasta donde sirve votar, pero hoy es hoy.
    Fraternalmente!

  2. Lucas dice:

    Había y hay que votar contra el fascismo. Y ni siquiera nombraron al FIT. Me desafilio de AyL

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