CRISIS, HAMBRE, ANGUSTIA, BRONCA, MIEDOS, DESAFÍOS: GANE QUIEN GANE TENDREMOS QUE ENFRENTARLOS DESDE ABAJO
La crisis social, económica y política, acá y en el mundo, nos pone frente a un desafío histórico: el de construir una verdadera alternativa socialista donde gobiernen directamente las y los trabajadores sin dirigentes. Quizás como nunca en estos 40 años han quedado tan expuestos los límites de la democracia representativa para millones que cada vez depositan menos expectativas en esta democracia para ricos, la democracia capitalista, donde los grandes empresarios se enriquecen sin parar y el pueblo laburante se empobrece más y más. No peleamos contra la dictadura de los Videla y los Massera para terminar ante la extorsión de tener que optar entre los “Massa” o los “Milei”.
¿Cuánto tiempo más reproduciendo lo mismo mientras nos piden que nos resignemos a elegir lo “menos malo”? ¿Cuánto más ajuste al salario vamos a soportar? ¿Cuánta más pobreza se va a acumular? ¿Cuánto más saqueo a manos de las grandes trasnacionales vamos a permitir? ¿Cuánto tiempo más subordinados al FMI? ¿No es tiempo de decir “BASTA”? No hay ni va haber alternativa para el pueblo de la mano de una dirigencia política, empresaria y sindical que elección tras elección nos quiere convencer que hay que conformarse con lo “menos malo” porque enfrente hay algo “peor” (sea lo que sea lo “menos malo” y sea lo que sea lo “peor”). El camino de una alternativa no está allí. Es NUESTRA tarea como pueblo luchar por construir un camino diferente. Rebelde. Creativo. Desde abajo. Auto-dirigiéndonos. Porque las crisis de los que nos gobiernan también son oportunidades para la construcción de alternativas si luchamos por ello.
El ballotage: gane quien gane, perderá una vez más el pueblo…
El ballotage es la mayor y mejor expresión de esa crisis. Del desprestigio de la dirigencia política. Es una invitación a votar con la “nariz tapada”. Es la imposición a elegir candidatos que la mayoría no eligió en primera instancia y así revestir a quien gane con aires de legitimidad. No por nada en las PASO, cuando se presentaba toda la oferta electoral, las fuerzas políticas que hoy están en el ballotage no superaron el 20% de los votos positivos: Milei el 20,1% y Massa + Grabois el 18,25%. La gran mayoría los rechaza. Y lo que es seguro es que el 19 no se discute una alternativa para el pueblo laburante. Gane quien gane, vamos a tener que enfrentarlos porque lo que se viene será más ajuste para pagar la deuda, más saqueo a nuestros bienes comunes y más ataques a nuestras condiciones de vida.
El reciente apoyo que tanto Massa como Milei le han dando al Estado sionista de Israel es un claro indicio de los valores que ambos promueven. Es la explícita convalidación de una verdadera masacre y genocidio contra todo el pueblo palestino a manos del gobierno de Netanyahu. Es la convalidación de una histórica “limpieza étnica” que hoy cientos de miles en todo el mundo estamos repudiando en la calles.
En cada caso, en esa pelea, vamos a tener que enfrentar gobiernos diferentes. Milei viene haciendo campaña con un discurso profundamente reaccionario, antiobrero y violento. Con su “motosierra”, anticipa recortes a la salud y la educación pública. Lleva una candidata a la vicepresidencia vinculada a los genocidas. Promueve abiertamente la competencia y la mercantilización al extremo. Se presenta apoyado de ex-funcionarios de la dictadura como Carlos Rodríguez y el propio Cavallo y de asesinos presos como el ex-jefe de la ESMA, Acosta. Todo lo hace explícito y consigue votos, eso es lo preocupante. Pero fue el desastre de los gobiernos anteriores, incluyendo el actual, lo que permitió que crezca una fuerza tan reaccionaria como la de Milei que supo lucrar con un legítimo sentimiento de rechazo popular a toda esa dirigencia. Pero su programa de gobierno anticipa ataques directos a los intereses del pueblo trabajador. El apoyo reciente de Macri y Bullrich es un claro indicio de lo que promueven: más endeudamiento y más recortes al salario y los ingresos populares como ocurrió durante el Gobierno macrista. Y, si es necesario, reprimir a quienes luchan contra esos programas de ajuste.
Gobiernos como los que propone Massa desencadenaron el crecimiento de Milei. “Los Milei” son resultado de las medidas tomadas por la dirigencia tradicional en contra del pueblo. Jujuy es un ejemplo. El vicegobernador de Morales fue puesto por Massa (Carlos Haquim). Acompañó todas las medidas de saqueo, de ataque al salario y de represión del Gobernador Radical. ¿Quién ganó en Jujuy en las últimas elecciones? Milei.
Massa, en cambio, es quien con su discurso “moderado” mejor expresa la línea que el embajador de EE.UU., Marc Stanley, promovió públicamente para que la dirigencia la tome: la política de “unidad nacional” para intentar garantizar la gobernabilidad en la etapa que se viene. ¿Por qué la preocupación es la “gobernabilidad”? Porque el desprestigiado poder político y empresario sabe que frente a las tareas de ajuste que necesitan profundizar tienen enfrente un pueblo con el que pueden chocar. Para esas antipopulares tareas Massa ofrece “gobernabilidad” gracias al apoyo de las principales conducciones sindicales (CGT y CTA) y una gran parte del PJ, pero aspira además a contar con apoyos fuera de su propio partido, como lo acaba de reconocer públicamente en una entrevista al convocar para su eventual gobierno nada más y nada menos que a siniestros personajes como Pichetto, a los de la UCR e incluso a los liberales. Podemos imaginar entonces lo que sería el gobierno de “unidad nacional” que promueve Massa integrado por funcionarios como Pichetto que han hecho gala de la violencia contra el pueblo mapuche, que defendió a capa y espada a Bullrich luego del asesinato de Santiago Maldonado, que ha confesado que su mejor candidato era Macri y que no tiene ningún prurito de alentar la represión contra la protesta social. Está claro que la de Massa y Stanley es la “Unidad nacional contra el pueblo”, sus reclamos y sus luchas. ¿De verdad tenemos que resignarnos a elegir alguna de estas dos variantes del poder político?
El voto y la lucha por una salida desde abajo sin dirigentes
Frente a este escenario, algunxs verán en Massa una alternativa en el ballotage frente a las propuestas reaccionarias de Milei. Otrxs verán en Milei la necesidad de “cambiar como sea” porque rechazan todo. Todo esto expresa la profundidad de la crisis en la que estamos sumergidos. La gran mayoría no tiene ni entusiasmo ni expectativas. La sensación es que gane quien gane, nuestras condiciones de vida no mejorarán. Y se han vuelto dramáticas. Votar en estas condiciones es una especie de “condena” a la que deberíamos resignarnos. Elegir a quienes después decidirán por nosotrxs, en contra nuestro. Pero el desprestigio de los de arriba puede significar oportunidades para el pueblo trabajador si peleamos, los enfrentamos y empezamos a construir desde abajo una alternativa.
En Francia se dieron dos ballottages entre Macrón y Le Pen. En el primero, Macrón hizo campaña contra la ultraderecha. Ganó el voto de muchxs que optaron por lo “menos malo”. Triunfó Macrón y luego tomó medidas profundamente antipopulares y reprimió violentamente a los Chalecos Amarillos. Resultado: Le Pen creció en intención de voto. En el segundo ballottage lo mismo: apelando a “ponerle un freno a la ultraderecha”, volvió a ganar Macrón y nuevamente aplicó un programa de ajuste tan violento como el anterior. Hoy, según encuestas, Le Pen ganaría de haber elecciones. Conclusión: votando por lo “menos malo” no se frena a las Le Pen ni se evita la represión y los ajustes de quienes gobiernan.
El desafío histórico que tenemos como pueblo nos exige transformar todo de raíz y eso incluye la pelea por auto-dirigirnos. Una verdadera democracia donde “sea el pueblo quien gobierne” es lo opuesto a esta democracia representativa donde decide todo la dirigencia política, que es la dirigencia del poder empresarial. Y luchar por esa transformación radical implica dos cosas que se tienen que dar al mismo tiempo: enfrentar las medidas de ataque a nuestras condiciones de vida que toma esa dirigencia política y construir espacios de decisión horizontal sin dirigentes. Cada lugar de trabajo puede transformarse, si militamos y nos agrupamos para ese objetivo, en espacios donde juntemos fuerzas para enfrentar autoorganizadxs la violencia de la cínica y mentirosa “unidad nacional” o la violencia de la motosierra que se vienen, espacios donde decidamos todxs sin delegar en nadie nuestras decisiones. Así, no solamente vamos a tener más fuerzas para enfrentar el programa de ajuste del FMI y del futuro gobierno, sino también y fundamentalmente estaremos construyendo nuevas y contraculturales experiencias que puedan volverse embriones de un futuro gobierno de lxs trabajadorxs, donde decidan directamente.
Frente a ese desafío histórico entendemos desde AyL que la mejor manera de pararnos con fuerza ante una asfixiante dirigencia política que nos lleva a un abismo es con el VOTO EN BLANCO. Un voto de rechazo a todos. Un voto de bronca. Pero también un voto que nos impulse a luchar por un camino de transformación tan radical como el que proponemos. Por eso, votes a quien votes, lo más importante es que te sumes luego a este desafío histórico por construir una salida socialista donde el pueblo trabajador decida todo.
#Mileino #Massatampoco
Coincido con el documento, pero no voy a votar, la democracia burguesa parlamentaria es lo q debemos revolucionar, basta de paso, primarias y ballotage, en frances ballotage significa juego d bolitas, una chantada desplaza a la otra, pero no es mas q 1 chantada