LA CLASE OBRERA Y EL PUEBLO DE VENEZUELA FRENTE A UNA ENCRUCIJADA
El pueblo trabajador venezolano está ante una encrucijada: o toma en sus propias manos la lucha por una alternativa independiente sin depositar ninguna confianza en las dos facciones en pugna, o desde arriba bajará más violencia política, social y económica. Ni el régimen dictatorial de Maduro ni la golpista y proimperialista de Corina Machado representan nada progresivo para la clase trabajadora y el pueblo pobre venezolano.
Ambas fuerzas vienen de acordar la realización de unas elecciones proscriptivas, impidiendo participar a distintos partidos políticos, entre los que se encontraban fuerzas de izquierda anticapitalista. Hoy tanto unos como otros se debaten la legitimidad del reciente resultado electoral que tienen vicios de origen.
Mas allá de quiénes hayan sido los verdaderos triunfadores, ambas expresiones políticas no pueden ocultar su carácter reaccionario y antiobrero (quizás por eso tampoco se ven grandes manifestaciones de apoyo popular hacia ninguno de los dos sectores). Ninguna garantiza libertades democráticas para la clase obrera y el pueblo venezolano. Una, el actual gobierno de Maduro, se ha transformado hoy en un régimen dictatorial, violento y represivo, con un saldo reciente de decenas de muertes y gran número de presxs políticxs. Su principal punto de apoyo interno son las FF.AA. La otra, liderada por Corina Machado, sintetiza una larga historia antidemocrática y golpista, desde su respaldo al golpe militar-empresarial patrocinado por EEUU en el año 2002 contra Chavez, hasta su defensa de la política intervencionista del imperialismo junto a Leopoldo Lopez, primero, y Guaidó, después.
La violencia de ambos proyectos políticos está asociada a los intereses de clase que representan. Comparten un programa económico donde la prioridad está puesta en seguir garantizando los pagos de la Deuda Externa y que Venezuela se mantenga como botín para beneficio de la rentabilidad empresarial. Todo a costa de mayor explotación y el sistemático ataque a las condiciones de vida que padece el pueblo trabajador venezolano. A la crisis económica que condujo la política chavista, precisamente por priorizar las ganancias empresarias y la Deuda, se le sumó el bloqueo norteamericano avalado y promovido por Machado. Ambos factores agudizaron la agonía que hoy viven lxs trabajadarxs y pueblo pobre. Lo único que los diferencia es su disputa por el control del Estado en favor de distintos sectores del poder económico expresados a su vez en sus lineamientos internacionales: el actual gobierno de Maduro detrás de China, Rusia e Irán, frente a la oposición de Machado alineada con EEUU. Todos regímenes que simbolizan la explotación y la violencia contra la clase trabajadora mundial.
El pueblo trabajador venezolano tiene que salir de la trampa que proponen las dos facciones políticas y construir una salida independiente que responda a los intereses de la clase trabajadora y el pueblo. La pelea hoy por reivindicaciones democráticas -como la libertad a lxs presxs políticxs-, y la defensa del salario y las condiciones de vida en general, tiene que estar asociada a la necesidad de construir una alternativa política propia de la clase trabajadora. Más que nunca está planteada la tarea para que se auto-organice sin dirigentes en cada lugar de trabajo, y así pueda encabezar, no solo la lucha por todos los reclamos obreros y populares, sino además empezar a construir los cimientos de una sociedad auto-oganizada desde abajo donde el pueblo decida todo en función de sus necesidades.
¡Ni el régimen dictatorial de Maduro ni la golpista y proimperialista de Corina Machado! ¡Por una salida desde abajo sin dirigentes!