Este 24 de marzo tenemos que ser una multitud en las calles de todo el país para repudiar y enfrentar la violencia y el programa de ajuste del gobierno de Milei. Como cada año seguramente seremos miles y miles lxs que saldremos a repudiar los crímenes contra nuestrxs 30.000 compañerxs desaparecidxs, manteniendo intacta la lucha por Memoria, Verdad y Justicia. Pero este año será especial. Enfrente tenemos un gobierno que está llevando adelante el ajuste más brutal de los últimos tiempos. Atacando nuestros ingresos y salarios que se desplomaron en semanas multiplicando la pobreza y el hambre del pueblo. Un gobierno que le ha declarado la guerra explícitamente al conjunto de las y los trabajadores con despidos y con una reforma laboral en mano al servicio del gran poder económico. Pero también un gobierno profundamente violento que amenaza nuestras libertades democráticas como el derecho a huelga en la docencia, la libertad de manifestarse (con su protocolo represivo) o el derecho de las mujeres a interrumpir voluntariamente un embarazo no deseado.

Un gobierno y un personaje tan nefasto como Milei, con una vicepresidente defensora de genocidas, solo pudo haber llegado al poder por el profundo rechazo a los desastres de los últimos gobiernos, a toda la dirigencia política y a un régimen institucional que año tras año nos fue empobreciendo y quitando calidad de vida mientras se les garantizaba enormes ganancias al empresariado y se priorizaba el pago de la estafa de la deuda externa. Milei ha sido parido por la crisis de representación y una profunda crisis socioeconómica a la que nos condujo toda la dirigencia, incluyendo la complicidad de la CGT y la CTA, absolutamente pasivas mientras importantes sectores obreros y populares le hacen frente a los ataques del Gobierno.

Si la dirigencia nos trajo hasta acá, no es con ella que podremos construir una alternativa a la crisis y a las salidas reaccionarias de los Milei. Lo estamos viendo ahora con una dirigencia sindical que, en vez de articular y unir todos los conictos que se están desarrollando con un plan de lucha que potencie a las y los trabajadores, deja pasar el ajuste especulando con el PJ en un rearmado electoral, como en el engaño del 2019, para que vuelvan los mismos que antes, caras más caras menos, con sus mismas propuestas.

Asi como la potente lucha contra el genocidio caló hondo en el pueblo, siendo una bandera del conjunto (y que defendimos en aquella impresionante movilización contra el 2×1 en 2017), así como la potente rebelión feminista logró la ley de aborto luchando en forma auto-convocada, la pelea contra el feroz ajuste del gobierno y del FMI tenemos que tomarla también en nuestras propias manos, auto-organizándonos sin dirigentes en nuestros lugares de trabajo y en los barrios, en el camino de una
salida obrera y popular.

Que la clase trabajadora haga punta y pueda unir lo que la dirigencia divide, para no depender de convocatorias por arriba que nunca tienen continuidad ni están cuando las necesitamos. Solo así, decidiendo todo desde abajo, podemos empezar a construir una alternativa al capitalismo que solo puede ofrecer a los pueblos del mundo más explotación, hambre, miseria y guerras.